Hace poco hicimos una breve aproximación a los estilos clásicos de la cerámica japonesa, en la cual hablamos de su evolución en relación a los acontecimientos históricos. De este modo, hemos visto que este tipo de artesanías japonesas está enormemente influenciada por la creada en el continente asiático, especialmente por la cerámica china y coreana.
Con el paso del tiempo, se fueron añadiendo diferentes herramientas que agilizaron la producción de este tipo de piezas. Con ello, la cerámica japonesa sufre una gran evolución técnica y un cambio de aires, muy influido por Occidente. Si queréis saber más sobre cómo ha cambiado este arte en apenas un siglo, os animamos a seguir leyendo.
Evolución de la cerámica desde el siglo XX
La revolución Meiji trajo consigo no solo una occidentalización de Japón. El país vivió su propia revolución industrial y, con ella, se incorporaron diferentes técnicas a las artesanías existentes previamente. Así mismo, el gusto estético nuevamente se adaptó a las corrientes llegadas del lejano Occidente, pues muchos de estos productos se exportaban a Europa.
De este modo, el interés por el arte humilde del pueblo alfarero fue revitalizado a raíz de un movimiento popular en la década de 1920. Esto fue posible gracias a los maestros alfareros Shoji Hamada y Kawai Kajiro, entre otros. Estos artistas investigaron y trabajaron diferentes técnicas de acristalamiento tradicionales, con el fin de preservar mercancías nativas muy difíciles de encontrar. Tras ello, una serie de instituciones quedó bajo el amparo de la égida de la División de Protección de Propiedades Culturales. Así, los hornos en Tamba, mantuvieron su producción diaria durante el periodo Tokugawa, mientras se le añadían sucesivas mejoras técnicas.
La mayor parte de los productos cocidos eran realizados por artesanos anónimos locales de aldeas vecinas, creados con fines utilitarios. Los estilos que presentaban tendían a mantenerse inalterados con el paso del tiempo. Por ejemplo, en Kyushu, los hornos creados por coreanos en el siglo XVI —como el de Koishibara— perpetuaban la estética de aquella época. En Okinawa pasó algo similar gracias a la labor de Jiro Kaneshiro, reconocido como Tesoro Nacional Viviente.
De hecho, en 1989 tan solo media docena de alfareros fueron reconocidos en todo el país con la categoría de «mukei bunkazai» o Tesoro Nacional Viviente. Entre ellos, podemos citar a Masao Yamamoto, de Bizen, o Kyusetsu Miwa, de Hagi. Estos maestros llevaron a un nuevo término las técnicas de esmalte cerámico acristalado en decoración. No obstante, la técnica y estilos propios regionales de zonas de los antiguos hornos aún permanecía viva e invariable.
Mientras tanto, en la antigua capital del reino, Kioto, la familia Raku continuó realizando ásperos cuencos de té, muy característicos y famosos hoy día. Por su parte, en la provincia de Mino, los alfaferos continuaron reconstruyendo fórmulas clásicas del periodo Momoyama y anteriores, a partir del verde esmaltado que se importó de China.
Tanto en la nueva capital Edo, como en Kioto, se continuó experimentando a lo largo del siglo XX con la cerámica, pero ya en el ámbito universitario. En este caso, destacamos al gran maestro y tesoro nacional Fujimoto Yoshimichi, uno de los más famosos ceramistas japoneses.
Hay que decir, que a lo largo del siglo XX se mantuvieron vivos algunos clanes especializados en este tipo de artesanías, como el clan Nabeshima, y con ello, su estética propia y su técnica tan diferente. A partir de la década de los 80, muchos alfareros dejaron su producción en los antiguos grandes hornos para derivar a otros propios de pequeño tamaño. Aún así, se continuó con la elaboración de artesanías clásicas en varias regiones japonesas.
En Tokio, por ejemplo, el maestro Seimei Tsuji, trajo su trabajo y materia prima desde Shiga, pasando a realizar su trabajo en la capital. Una serie de artesanos lo acompañó en este emprendimiento y comenzaron a reconstruir los antiguos estilos esmaltados azules y verdosos tan característicos de la influencia china. Uno de los esmaltes chinos más queridos en el país del sol naciente es el Tenmoku glaseado, de un característico tono marrón chocholate. Este llegó al archipiélago japonés a partir de la dinastía Song (siglos XII-XIII), traído por los monjes Zen. Por ello, las obras de esta tonalidad son tremendamente representativas del budismo zen.
Estilos representativos de la cerámica japonesa
Como el lector puede apreciar, la cerámica nipona ha evolucionado notablemente. Sin embargo, a nivel estético aún mantiene viva la tradición desde su origen, con una marcada impronta llegada de China y Corea. Así, aún perduran muchos estilos regionales de incalculable valor, que conforman la auténtica imagen de la cerámica japonesa.
A continuación expondremos algunos de los más famosos, aunque existen muchos más en remotas regiones del país o de producción algo menor.
- Hasami-yaki: En la prefectura de Nagasaki se produce una cerámica muy robusta y firme pero, sorprendentemente, de poco peso. Se llama Hasami-yaki, ya que es cocida en la ciudad de Hasami.
- Tobe-yaki: Creada en Shikoku, la mayoría de las creaciones son de porcelana japonesa de cierto grosor. Su pintura tiene gran influencia china, caracterizándose por un intenso azul cobalto en sus dibujos.
- Bizen-yaki: Por su parte, la cerámica Bizen o Inbe-yaki, se identifica con facilidad por su tonalidad marrón rojiza. Se dice que es originaria del siglo VI cuando se fundó el gran horno de Okayama, uno de los antiguos grandes hornos.
- Hagi-yaki: Las artesanías de Yamaguchi son realmente única por su técnica. Los expertos aseguran que estas piezas cerámicas se queman —que no cuecen— a baja temperatura, lo cual le otorga gran fragilidad y permite la transmisión de calor de su contenido muy rápidamente.
Imari-yaki: La cerámica del horno de Arita, también llamada Arita-yaki, tiene enorme influencia coreana, ya que en el periodo Edo se instalaron allí multitud de artesanos llegados tras las guerras en el continente.
- Koishiwara-yaki: Producida en la región de Fukuoka, suele centrarse en objetos relacionados con el uso doméstico, tales como teteras, floreros o vasos de sake. Tiene una notable influencia coreana, fechándose algunas obras ya en el siglo XVI.
- Onda-yaki: Producida en la isla de Kyushu, su técnica hoy día es un misterio que se transmite de padres a hijos. Como detalle sorprendente, sigue manteniéndose el trabajo artesanal realizado como hace siglos, sin ayuda de las herramientas modernas, o ni tan siquiera de electricidad.
- Satsuma-yaki: También producida en Kyushu, esta técnica de influencia coreana se expandió a otras áreas del archipiélago. Cuenta con una producción ininterrumpida desde hace unos cuatrocientos años y caracterizada por su delicadez.
Raku-yaki: Originaria del clan Raku, en Kyoto, es una de las técnicas más famosas, exportada incluso aquí a España. Como anécdota, hay que decir que existe un proverbio japonés sobre la jerarquía de estilos cerámicos más utilizados en la ceremonia del té que dice: «En primer lugar, Raku. En segundo lugar, Hagi. En tercer lugar, Karatsu».
- Karatsu-yaki: También era cocida en el horno de Arita, y producida en Saga. Es la cerámica más producida hoy día al oeste de Japón. Se cree que comenzó a realizarse obras de este estilo a partir del siglo XVI.
- Seto-yaki: Esta cerámica se realiza en Aichi y sus cercanías. Es la cerámica mas producida en el país, e incluso el término suele emplearse como genérico para designar a la cerámica japonesa.
- Shigaraki-yaki: Como el nombre indica, es la cocida en el gran horno de Shigaraki, en la ciudad de Shiga. Es uno de los estilos más antiguos de Japón, muy famosos por sus piezas de cerámica tanuki.
- Soma-yaki: Realizada en Fukushima, suele contener una representación de un caballo (uma o koma), por ser muy popular en la región. Por ello, a veces recibe el nombre de Somakoma-yaki o cerámica Soma con forma de caballo.
- Yokkaichi Banko-yaki: Realizada en Mie, data de principios del siglo XIX. La mayoría de las piezas creadas con este estilo son de uso doméstico, al igual que pasaba con la cerámica de Koishiwara.
Fuentes:
- Textos consultados de: Fernando García Gutiérrez (1999) El arte del Japón | Ecos de Asia | Texto creado por E. Macarena Torralba García [CoolJapan.es]
- Imágenes extraídas de: Wikipedia | Ecos de Asia