Como comentamos en la anterior entrada sobre el Festival de Sitges en el que se celebra su cincuentena edición, donde de nuevo, la obra de origen japonés gana inclusive más importancia en base a la celebración de los cien años de Animación Japonesa, y la gran colaboración de fundación Japón.
Cine convencional
Stray Nightingale de Takuji Izumi nos acerca al antiguo arte del teatro noh. Una forma actualizada de acercar al espectador occidental que pocas veces puede acceder a este tipo de arte. El argumento nos habla sobre un gran ladron que traicionado por un compañero es salvado por un policía. Años después, su salvador está en problemas y nuestro protagonista deberá devolverle el favor.
Love and other Cults (Kemonomichi) de Eiji Uchida es una comedia negra en el que el director nos muestra esa cara no tan amable y marginal de Japón. La historia gira alrededor de nuestra protagonista, Ai, desatendida por una madre adicta a las religiones, acaba viviendo su infancia y adolescencia en una secta. Al ser desmantelada por la policía, ella vuelve a la vida normal haciéndola sentir desubicada. Alrededor de ella surgirán otras historias , de personas igualmente tan desubicadas como ella, como los dos aspirantes a yakuza, Yuji y Kenta. Dos grandes amigos que compartían vidas pero acaban en caminos diametralmente opuestos.
El gran Kiyoshi Kurosawa además de presentar película (Before We Vanish) estuvo presente en este Festival. En este caso se decanta por una de sus obras con más influencia en la ciencia ficción con toques de terror y humor negro, pero sin olvidar el tema central de todas ellas: la fragilidad de los seres humanos y sus relaciones. En este caso nos habla sobre una inminente invasión alienígena y la adaptación de tres extraterrestres en la vida de los humanos que suplantan.
Suvirval Family, de Shinobu Yaguchi, nos explica la historia con una base centrada en uno de los mayores miedos en esta sociedad que vive “conectada”: un fallo total de toda fuente de energía. Nuestro foco se centra en una familia media japonesa totalmente adaptada a la vida urbana. A través de un viaje hacia el domicilio de un familiar que vive a las afueras para poder sobrevivir. Una ingeniosa road movie donde se analiza las acciones del ser humano en momentos críticos y el redescubrimiento de aquello que nos rodea a falta de las distracciones tecnológicas actuales. Esta película que podría considerarse una típica de catástrofes nos muestra una evolución por parte de los personajes (tanto individual como en grupo).

Este año también hemos podido contar también con la participación de Takeshi Kitano en el film que cierra la trilogia que inició con Outrage y Outrage Beyond: Outrage Coda. Película que fue exhibida dentro de la sección Òrbita, que dirige y protagoniza Kitano que vuelve a interpretar a Otomo, un yakuza retirado que vive fuera de Japón ( isla surcoreana de Jeju). Fiel al estilo del director de la saga, contiene altas dosis de violencia aunque en este caso se profundiza también en los sentimientos del personaje.
A Bride for Rip Van Winkle, escrita y dirigida por Shunji Iwai nos cuenta la historia de una chica (Nanami) que contrae matrimonio con un hombre que conoce por Internet. Ella es una chica solitaria y sin familia, así que decide contratar los servicios de una compañía llamada Nandemo Ya, que ponen a su disposición personas que fingirán el día de su boda que son sus amigos y familia. Al poco tiempo de casados, se da cuenta que no es la única que engaña en esa relación, ya que su marido tiene una aventura. Manipulada por su propia suegra, acaba abandonando su hogar y acaba trabajando para la propia empresa que contrató inicialmente haciendo trabajos a tiempo parcial cada cual más excéntrico. Una película dura dentro de la categoría Seven Chances, La autora que adapta la historia de una novela propia, gira sobre el tema del romance como en anteriores films ( «Love Letter» y «All About Lily Chou-Chou»), remarcando la deshonestidad de las redes y en la búsqueda del amor.
Cine X-Treme
El tema de este festival giraba en torno a Drácula y el cine japonés en esta sección pudimos disfrutar de dos películas de reinterpretaciones de este icono occidental. La primera es de otro habitual por este festival, que este año solo participó con este film: Sion Sono. Tokyo Vampire Hotel,en realidad es la primera serie rodada por este director. Compuesta de 9 capítulos, desde junio estaba exclusivamente disponible en Amazon Prime Japan. Para poder llegar al público de fuera de Japón, se crea esta película adaptada para festivales. Con localizaciones en la mismísima Transilvania (Rumanía) y el castillo de Drácula, Sono nos transporta a un futuro no muy lejano (2021) en el que existe un Hotel en el que los vampiros organizan fiestas para acabar comiéndose a sus invitados humanos.

Nuestra protagonista, una chica de lo más convencional, se convertirá en la clave para poder despertar a los antepasados de los Drácula y así poder acabar con el clan rival. Nos encontramos con una narración muy adaptada a la cultura japonesa, con grandes dosis de acción y sangre que nos deja con ganas de ver la serie original.
Vampire Clay el la otra película sobre es la primer película de Soîchi Umezawa, maquillador con gran experiencia se estrena en este formato después de haber hecho dos cortometrajes. La historia nos lleva al descubrimiento por parte de nuestro protagonista (un profesor de escultura) de un saco de barro enterrado que se lleva para que lo utilicen sus estudiantes. Aquellos que la utilizan adquieren un gran talento y sus figuras de barro comienzan a cobrar vida lentamente y matar a los estudiantes convirtiéndolos en monstruos asesinos.
Ryuhei Kitamura nos trajo su película co-producida con Estados Unidos, Downrange. Su argumento gira entorno a lo que vive un grupo de amigos, que al pinchar en medio de una carretera rural, se dan cuenta que la rueda tiene un disparo. En estado de shock, el francotirador apostado en un árbol con un rifle con balas de alta potencia, puede elegir una nueva presa, mientras buscan desesperados una manera de escapar.
Meat Machine Kodoku de Yoshihiro Nishimura, esta basada en el corto de terror de serie B de Meatball Machine de Yudai Yamaguchi (rodada hace ya más de 12 años). Su argumento gira entorno a un cobrador de deudas, Yuji, un hombre demasiado buena persona al que no le van muy bien las cosas. Aquellos a los que reclama sus deudas se ríen o le dan excusas con las que no pagar haciendo que sea él el que esté próximo al desahucio. También le detectan un cáncer terminal. Casualmente su suerte cambiará cuando Tokio se ve amenazado por un ataque alienígena. Una obra digna de esta categoría, extrema en todas sus posibles facetas.
Podéis ver las fotografías realizadas en el Festival en el siguiente enlace.
Fuentes:
- Textos consultados: Sitges Film Festival | Texto creado por: Ai Medina [CoolJapan.es]
- Imagen de cabecera: Sitges Film Festival