Como comentamos en la anterior entrada del Festival de Sitges, en su 52 edición, de nuevo, el eclecticismo de la programación japonesa nos sorprendió gratamente.
Cine convencional
Este año pudimos contar con el prolífico SABU por partida doble ya que nos trajo dos largometrajes: Dancing Mary (en colaboración con Alemania) y JAM. La primera obra es de género fantástico, nos narra los misteriosos problemas que tienen para derruir un viejo local y poder construir un centro comercial ya que parece que estar maldito y no hay exorcista que pueda remediarlo. La segunda es una obra que trata sobre la conexión de tres personajes peculiares con historias entrelazadas. Un thriller que roza tanto la comedia pero también el drama de las vivencias de sus personajes.
Sion Sono vuelve al festival con una obra producida por Netflix: The Forest of Love. Una historia basada en hechos reales (de forma muy ligera) en que el protagonista, Joe Murata, controla y trastoca la vida de los demás gracias a su carisma y poder de manipulación. Durante sus 151 minutos vemos como lo que comenzó como el rodaje de la historia de amor del protagonista con una de sus victimas de manipulación acaba convirtiéndose en una historia de celos, asesinatos con el descenso hacia la locura de sus personajes.
We are Little Zombies es una película dirigida y guionizada por Makoto Nagahisa. La historia nos sitúa en el encuentro de sus protagonistas en un crematorio. Todos han perdido a sus padres y comparten un rasgo poco común en esas situaciones, no pueden llorar. Al inicio del film se explican las razones y la historia nos va relatando en que ambientes fueron criados. Una critica a la sociedad hipermoderna en que los niños desamparados establecen las reglas de su realidad como si fuera un videojuego con un malo al que ganar.
En la categoría Oficial Fantàstic Competició pudimos encontrar la película dirigida por Bernard Rose con colaboración del Reino Unido titulada Samurai Marathon. Este film de tinte histórico, mantiene la estética y estilo 100 % japonés aún con un director extranjero. El argumento gira entorno a un malentendido a causa de la convocatoria por parte del Señor de esas tierras a todos sus samurais. Lo que en realidad es un toque de atención hacia ellos ya que considera que se han vuelto holgazanes, para el espía del Shogun en ese territorio, lo confunde como un inicio de rebelión. Este último no se dará cuenta hasta mucho más tarde cuando no podrá enmendar el mensaje enviado. Una película con algunos toques de comedia entre la tensión de las luchas y la fatalidad de su desenlace con una fotografía y uso de la luz muy cuidada que ensalza la belleza de sus escenarios.
It Comes, dirigido por Tetsuya Nakashima, velve con una obra de temática fantástica /terror pero lo usa parcialmente como escusa para hablar de ciertas realidades actuales en la sociedad nipona: las diferencia entre la esfera privada que la pública y la importancia del trabajo. El protagonista, Hideki se casa y forma una familia pero la empresa está por delante de todo volviendo solo tres días después del nacimiento de su hija. Este crea un blog sobre el día a día con su hija aunque apenas se hace cargo lo que comporta que su mujer se vea superada. En todo este contexto una fuerza sobrenatural se adhiere a su familia y al consultar a un exorcista le da una respuesta con la que no se siente cómodo: que debe cuidar más a su mujer y su hija.
Hideo Nakata vuelve con una nueva entrega de la película que el encumbró hace ya más de 20 años en este mismo festival: Sadako. La nueva narración del origen del fantasma de la niña del pozo se ha basado en el último libro de la saga escrito por Suzuki. Una adaptación que nos muestra el resurgimiento por medio de la re-encarnación en el cuerpo de una niña cautiva por su madre espiritista que muere en extrañas circunstancias. La desaparición de un Youtuber que entra hacer un vídeo en la casa y la búsqueda por parte de su hermana (médico que cuida a la niña) nos lleva por una obra se aleja de las reglas de anteriores películas y desarrolla otro universo más adaptado a las nuevas tecnologías actuales.
Noves Visions- Especials
Takuji Izumi nos vuelve a traer una adaptación fílmica del grupo teatral Gekidan Shinkansen: Siren in the Shadows (Shuratenma). La trama nos lleva a mediados del s.XVI en el Japón feudal. Un gran señor ha fallecido y eso ha comportado el inicio de una lucha para ser el nuevo gobernante. Uno de estos bandos contrata una geisha de capacidades letales la cual se sumerge en un conflicto al conocer a su victima, el vivo retrato de un antiguo amor.
Seven Chances
Living Skeleton es la película que nos descubre el festival en esta categoría dirigida por Hiroshi Matsuno a finales de los 70. Su argumento gira entorno a un ataque a un barco por parte de unos piratas modernos que después de separarse se ven perseguidos por «presencias». Un obra en que se intentan mezclar personajes e historias de terror niponas y occidental.
Sitges Clàssics
Tetsuo: The Iron Man (1989) de Shinya Tsukamoto descubrimos una obra de un claro estilo cyberpunk que nos lleva a un nuevo planteamiento de la conocida historia de la máquina que controla al hombre. La sobre-industrialización supera y subyuga a la sociedad la cual se ve representada en su protagonista: un hombre mediocre que obsesionado con el metal,se clava trozos en su propio cuerpo y sueña que todo la humanidad mute con esa forma.
Podéis ver las fotografías realizadas en el Festival en el siguiente enlace.
Fuentes:
- Texto creado por Ai Medina [CoolJapan.es]
- Imágenes extraídas de: 52 Sitges Film Festival 2019