La identidad nacional de los japoneses y la internacionalización
¿Cómo es la conciencia nacional latente dentro de la sociedad japonesa? Se realizaron diferentes encuestas con unos resultados basados en la comparación y en análisis estadísticos de lo que pensaban los japoneses. Sus resultados expresaron la identidad de los japoneses como sociedad de un país «aislado» con una ideosincracia y entidad cultural diferenciada del resto de países asiáticos.
No obstante, esta expresión de identidad cultural propia está matizada siempre por la modestia, la actitud relacionada con el llamado tatemae (建前), lo que en Europa entendemos como lo políticamente correcto. Por otro lado, no deja sde ser una manera de manifestarse públicamente de una forma correcta para no alterar la armonía social y evitar el conflicto con el «otro» o el «rival» (相手, aite).
La realidad de este tipo de encuestas muestran que aunque sea verdad que lo que «uno realmente piensa» (本音, honne) sale a relucir fuera de los círculos familiares de los encuestados, esta realidad siempre queda matizada por el filtro de la corrección social.
Por lo tanto, en una primera lectura observaremos que las ideas expresadas son aquello que la sociedad espera que una persona diga públicamente aunque la realidad sea expresar todo lo contrario a lo que se ha expresado.
Las encuestas y la identidad de lo japonés
Pero lo que realmente expresan estas encuestas realizadas son en realidad un sentimiento de la identidad como un hecho diferencial que ya lo expresan en la forma de expresarse sobre sí mismos como sujeto colectivo: 我が, wa ga (nuestro, nosotros) creando un sentimiento de identidad nacional unitario, como algo propio y diferente del resto del mundo. Por eso, no deja de ser una forma lingüística más de expresar una etnicidad de la diferencia cultural del «ser japonés», de formar parte de una cultura única marcada por la insularidad de Japón separa del resto del continente asiático.
Este sentimiento de superioridad nacional ha existido durante los diferentes periodos de la historia de Japón y que acabó por institucionalizarse en la era Meiji (1868-1912). Este hecho llegó a su máximo apogeo durante la década de los treinta del siglo XX, cuando el ultranacionalismo tomó el control del país.
Fue en este último periodo histórico cuando la parte más extremista y beligerante del ejército japonés tomó el control político del país y llevó al país a crear un vasto imperio colonial bajo el eufemismo de la Zona de Coprosperidad del Asia Oriental y que llevó al país al trágico epílogo de la Guerra con China (1935) y la Guerra del Pacífico (1941) contra los Estados Unidos (1935-1945).
El nihonjinron (日本人論), la identidad y las teorías de la japonesidad
Todas las teorías nacionalistas y del carácter diferenciador de la identidad del pueblo japonés, ya sea por su carácter insular, ya sea por los rasgos étnicos diferenciadores respecto a otros pueblos asiáticos, se recogieron en un compendio de teorías llamadas
Todas las teorías nacionalistas y del carácter diferenciado del pueblo japonés, ya sea por el carácter insular del país o ya sea por los rasgos étnicos que los diferencias de los pueblos chino, coreano y otros de Asia, se recogieron en un compendio de teorías llamadas nihonjinron.
Estas teorías no solo justificaron la especifidad y la etnicidad del pueblo japonés sino que sirvieron para justificar el ultranacionalismo y el colonialismo al presentar al país como «La Nación más avanzada de Asia» y el primero en tener una Constitución al estilo occidental.De esta forma justificaron como un derecho propio el de ser aquella nación capaz de extender la civilización al resto de los “países hermanos asiáticos”. Para justificar todo este ideario que creó un panasianismo bajo la batura japonesa les llevó a enfrentarse a los imperios coloniales europeos que los consideraban como «bárbaros conquistadores».
Además, una base importante de la especifidad que justificaba una buena parte del nihonjinron la proporcionaba la religión sintoísta a través del kojiki. Este libro es uno de los primeros libros escritos en japonés que narra los orígines divinos del país afirmando que la familia imperial es descendente directo de la diosa del Sol Amaterasu.
Sintoísmo y religión como base del hecho de la identidad
Este tipo de discursos no son únicos de Japón. Recordemos que por fines políticos y de estado, en el siglo I de nuestra era, Virgilio escribió «La eneida» con unos fines políticos iguales a los del «Kojiki», la de enaltecer y justificar el poder soberano de la dinastía julio-claudia bajo el principado de Augusto. Esta mentalidad de la familia imperial y luego de las dinastáis reales como garantes de la paz y el buen gobierno siguió en la Europa medieval.
Los reyes justificaban su poder real por el hecho de ser descendientes de Jesús y por lo tanto gozanban de la gracia de Dios para gobernar. De esta forma la Sangre Real de la cual desciendo todas las monarquías europeas desde los Carolingios se convirtieron en los descendientes directos del Mesías. Así que el Santo Grial no deja de ser un eufemismo que escondería en verdad la Sangre Real de las diferentes monarquías y principados soberanos.
Volviendo al tema del Nihonjinron y de la esencia de la identidad japonesa , como sinónimo de etnicidad, sin duda alguna, son unas teorías que no fueron más que una respuesta contundente a las políticas racistas imperantes en Europa. Fueron teorías sustentadas por los diferentes estudios antropológicos realizados desde finales del siglo XIX y que permitieron el conocimiento del Otro y de la otredad con un único objetivo: el de poderlos someter a los imperios coloniales europeos.
La identidad y la conciencia superior de los japoneses dentro de la internacionalización
Han aumentado las ocasiones en que nos hemos relacionado largamente con los extranjeros y dentro del país nos hemos familiarizado con el “cruce cultural”. Este cruce familiar se ha potenciado al haber vivido largos periodos de tiempo en el extranjero gracias al avance de la internacionalización. Tampoco, en no pocas ocasiones, se han dejado entrever los extremos de las costumbres de la civilización extranjera, ya sea por el turismo, ya sea por lo que hemos visto en los medios de comunicación como la televisión.
En la educación escolar se ha estado enseñando la importancia de la comprensión mutua dentro de la internacionalización. Se ha podido explicar activamente la necesidad de la coexistencia del cruce cultural a través de libros, revistas, periódicos y programas informativos de las televisiones. Así que son muchos los japoneses que a través de este aprendizaje y de la experiencia han tenido han ido aprendiendo a tolerar y respetar la diferencia (cultural) y la internacionalización.
Casi no se podía observar a principio de los años 90 un movimiento como este de exclusión de los extranjeros en el país. Se ha podido ir resolviendo la convivencia y la discriminación hacia los okinawenses, norcoreanos y los descendientes de surcoreanos en Japón. Se observa una tendencia hacia el conocimiento de esto que no solamente nos ha llegado de una clase política anticuada (por ejemplo las palabras que remarcó el Ministro de Justicia Kajiyaa el 9 de septiembre de 1990) que lo llegó a convertir en el tema principal de los medios de comunicación.
La evolución del hecho diferencial desde 1945
Quizás se pueda pensar que después de la II Guerra Mundial el nacionalismo japonés se ha ido extendiendo gracias a la conciencia de la autosuficiencia y la superioridad del nacionalismo japonés pero sin proporcionarle una gran fuerza.
Pero al parecer nos hemos dado cuenta que tenemos una tendencia que nos ha fortalecido poco a poco en los últimos años y nos hace tener esencialmente y profundamente una conciencia de superioridad nacional cuando se intenta penetrar en lo más profundo de la conciencia japonesa pero sin cegarnos por la impresión de la apariencia de ser modestos.
En 1953, en la investigación realizada sobre “la conciencia nacional” se formuló la siguiente pregunta: “Quién destaca más entre japoneses y occidentales?”.
Se obtuvo el resultado de un 28% de personas que contestaron “los occidentales” frente a un 20% que contestaron “los japoneses”. No obstante, en una investigación de 1986, un 28% de las personas respondieron que los japoneses sobresalen más que el resto de los diferentes pueblos del mundo y subió (en el caso de los habitantes de Tokio) a un 51% las personas que respondieron “prefiero no sobresalir”.
Quizás sea bueno que a través de este tipo de preguntas quede al descubierto la conciencia de superioridad nacional que estaba oculta. En el sexto apartado se intentará probar la universalidad del objeto lingüístico al tener este lenguaje dos aspectos propios. Uno es el aspecto que denominamos “lo público” aunque también tiene un matiz referente a “lo propio”. “Lo público” intenta transmitirse en relación con el sujeto hacia el Otro a través de un pensamiento y existencia social».
- Texto escrito por Sergio Paterna [CoolJapan.es]
Fuentes:
- Texto traducido:http://repository.dl.itc.u-tokyo.ac.jp/dspace/bitstream/2261/26097/1/rel01301.pdf
- Imagen 01: http://japan.xinhuanet.com/jpnews/2012-09/21/c_131865167.htm
- Imagen 02: http://conoce-japon.com/cultura-2/amaterasu