FICHA DEL LIBRO
- TÍTULO ORIGINAL: El samurái de Sevilla
- AUTOR: John J. Healey
- GÉNERO: Novela histórica, aventura, romance
- EDITORIAL: La esfera de los libros
- AÑO: 2016
- PÁGINAS: 320
- PRECIO: 22,90 euros
Los hechos que dan forma al libro
Hace ya tres años de la visita de Naruhito, príncipe heredero de Japón, a Coria del Río. En las celebraciones del año dual España-Japón (2013-2014), que conmemoraban los 400 años de relación entre ambos países, la visita a este modesto municipio sevillano es clave para entender el vínculo que nos une.
En 1613 partió de Sendai, Japón, la expedición keichō, cuyos tres grandes objetivos eran: crear vínculos diplomáticos con Felipe III, rey de España; a su vez, que el monarca español diera el visto bueno al comercio con Nueva España (México); y finalmente, reunirse con el Papa en Roma con el fin de solicitar el envío de más misioneros y un gran obispo para la evangelización de Japón. Esta misión, en la que inicialmente participan unas 200 personas (50 de las cuales son misioneros españoles) no estaba encomendada por la autoridad del país en aquel momento, el sogún Ieyasu Tokugawa, sino por el daimio (señor feudal) Masamune Date.
Tras pasar por Acapulco y La Habana, la expedición llegó a España a través del puerto de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz. Madrid, Barcelona, Saint-Tropez o Roma son algunos de los lugares que visitaron, pero si de entre todos ellos destaca uno, no es otro que Coria del Río.
Tras alcanzar Roma y emprender el camino de vuelta a Japón, el grupo recala de nuevo en España. Es en ese momento cuando algunos japoneses de la comitiva deciden quedarse en un pueblecito que ya habían visitado en el viaje de ida, un lugar tranquilo, acogedor, a orillas del Guadalquivir. Efectivamente, se trata de Coria del Río. Allí se casaron y tuvieron descendencia. Se calcula que en la actualidad hay más de 600 corianos con el topónimo Japón entre uno de sus dos apellidos, lo que podría vincularlos con aquellos primeros visitantes nipones.
El samurái de Sevilla
El samurái de Sevilla toma como punto de partida esta expedición y la adorna con otros hechos ficticios. Y es que el autor, el estadounidense John J. Healey, gusta de mezclar realidad y ficción, como puede apreciarse en su anterior (y primer) libro, Emily & Herman: A Literary Romance, en el que imagina un idilio entre el escritor Herman Melville y la poetisa Emily Dickinson.
En el libro que nos ocupa, el peso de la trama recae en los hombros de, precisamente, un personaje ficticio, Shiro: un joven samurái fruto de una relación extramatrimonial cuya condición de bastardo será determinante. A su alrededor, el autor despliega un amplio abanico de secundarios entre los que destacan personajes reales como Tsunenaga Hasekura (samurái que lideró la expedición), el fraile sevillano Luis Sotelo o incluso el mismísimo Galileo Galilei.
Al principio, los capítulos intercalan la acción entre Japón y España de manera consecutiva hasta que la trama converge en una sola. A pesar de que Shiro es el protagonista indiscutible, en algunos momentos son otros los personajes que toman las riendas de la acción, pero siempre con la vista puesta en el joven nipón. Desde casi el inicio de la obra los amoríos se convierten en un pilar central de El samurái de Sevilla, lo que podría parecer innecesario dado el interés per se de los hechos históricos, pero ciertamente están bien resueltos y dan otro enfoque a los acontecimientos.
El autor, que vive a caballo entre España y Estados Unidos, refleja muy bien la época y costumbres de nuestro país pero no está igualmente acertado a la hora de representar a los japoneses, sobre todo al protagonista, que en ocasiones parece olvidar las implicaciones de ser un samurái en el siglo XVII.
Healey, efectista en las formas, sin florituras ni fuegos de artificio, nos brinda un libro ameno y que se devora a la velocidad del rayo. Su función, la de entretener con una obra ligera, la cumple holgadamente. La edición del libro es exquisita, con una sobrecubierta que presenta una evocadora ilustración, tapa dura a color y unas guardas con una imagen de la Giralda y sus alrededores en el s. XVII, a color también. Como único pero, la fuente utilizada, que es algún punto más grande de lo habitual. Sea como fuere, la calidad de la edición es indiscutible.
En conclusión, El Samurái de Sevilla es un gran pasatiempo, una lectura que hará las delicias de aquellos que busquen entretenerse sin grandes complicaciones en un libro de aventuras y amoríos con un trasfondo histórico.