Si bien Tokio es una megalópolis que impresiona, abarcándolo prácticamente todo en un mar de edificios que parece no tener fin, cuenta también con grandes zonas verdes en el propio centro. Hablamos de parques como el de Yoyogi o Ueno, que actúan como verdaderos pulmones para la ciudad. Sin embargo, no muy lejos de Tokio, se encuentra el lugar del que os vamos a hablar hoy, el monte Takao, un enclave de gran belleza que seguro hará las delicias de los amantes de la naturaleza.
El monte Takao, una escapada sencilla
El ascenso al monte Takao es una de las excursiones más fáciles de hacer desde el centro de Tokio. Si partimos desde Shinjuku y cogemos la Keio Line, en 50 minutos (y por unos 390 yenes) llegamos a la estación Takaosanguchi, en la falda de la montaña. Este será el punto de partida de nuestra excursión a pie.

Se trata de un ascenso a una montaña no muy alta (599 metros de altura sobre el nivel del mar), pero que nos permitirá tener unas vistas increíbles de Tokio, además de, en los días despejados, una impresionante panorámica del Monte Fuji (3.776m s. n. m.).
Aunque el ascenso cuenta con siete rutas diferentes (seis, más la ruta Inariyama), la primera y principal no tiene pérdida y es por donde va la mayoría de gente. Aunque todas tienen el camino bien señalizado y preparado, la primera, al albergar a más gente es la mejor acondicionada para todo tipo de público, desde niños a señoras/es mayores.
La excursión a pie os puede llevar una hora y media (tiempo que se verá muy reducido si tomáis el teleférico o el tranvía). Nuestra recomendación es que vayáis sin prisas, disfrutando de cada bocanada de aire puro y bien provistos de comida, ya sea para picotear o para comer directamente. En nuestro caso, optamos por comprar un bentō esa misma mañana, del que disfrutamos antes de alcanzar la cima.
Cerca de la cima, nos encontramos el templo budista Yakuoin, un complejo formado por varios edificios en los que predomina la figura de los tengu, protectores de bosques y montañas. Una vez en la cima nos encontramos un precioso mirador, desde el que podremos disfrutar de unas impresionantes vistas de parte de la metrópolis de Tokio y, si tenemos suerte, del Fuji.

Para el descenso, os recomendamos escoger una ruta diferente a la que utilizamos para subir. Si subisteis por la primera, como os hemos aconsejado, el descenso por la cuarta, cuyo mayor reclamo es su puente en suspensión, puede ser una buena opción. El final de la cuarta comunica con la primera ruta, justo antes del tranvía, así que si hicisteis el ascenso a pie, puede ser una muy buena opción hacer la bajada con este medio de transporte.
Finalmente, en el monte Takao encontramos cuatro servicios muy variados que pueden complementar la escapada: un onsen o aguas termales; un parque de monos que cuenta con sus propios jardines; un restaurante y un museo. Os dejamos a vuestra elección el optar por estos servicios, que en nuestra opinión no son imprescindibles para disfrutar de la excursión pero sí pueden enriquecerla.

¿Cuál es el principal problema de esta escapada? Que al encontrarse tan cerca de la ciudad es una de las excursiones favoritas de los tokiotas, lo que hace que, sobre todo los fines de semana y los días festivos, esté a rebosar. Os sugerimos que, si podéis, realicéis esta excursión entre semana para evitar las aglomeraciones que se forman principalmente en la falda y el mirador de la cima.
Si os ha picado la curiosidad esperamos que disfrutéis de vuestra escapada al monte Takao y os animamos a compartir vuestras impresiones.
Fuentes:
- Texto creado por Carlos Alfaro [CoolJapan.es]
- Imágenes tomadas por Carlos Alfaro [CoolJapan.es]