El homerotismo entra en las artes escénicas

El homoerotismo siempre ha estado presente en la cultura popular japonesa y se visibilizó en el periodo Edo a partir de la popularización del kabuki. Fue un hemoerostismo subliminal que estuvo relacionado con una interpretación idealizada de la percepción del estereotipo de la mujer. Recordemos que el régimen de Tokugawa prohibió por ley que las mujeres actuasen en esta arte escénica y los actores masculinos fueron quienes realizaron sus papeles.
Esta ley del Bakufu obligó a la especialización de los actores en unos determinados papeles. Además, los jóvenes actores interpretaban por obligación papeles femeninos (Astorga Hermida, 2008). El kabuki, como arte escénico, obtuvo un gran éxito de público, sobre todo en los barrios más bulliciosos de todo el país. Con los años se convirtió en el gran espectáculo nocturno por excelencia. De esta forma, numerosas actividades ilegales y la delincuencia nocturna empezaron a girar alrededor de los teatros kabuki (Gundry, 2015):
«[…] Este establecimiento de roles fue una idea dictaminada por el Bakufu japonés. Esta ley cataloga por edad, sexo y personalidad a todos los actores, obligándolos a especializarse en uno o dos roles: wakaoyama para el papel de hermosa mujer, tachiyaku para el papel de hombre, yakkogata para el papel de sirviente, dokeyaka para los papeles cómicos y bufonescos y por último katakiyaku para los villanos».
La reinterpretación del elemento femenino en el kabuki
En nuestro caso nos interesa la figura del wakaoyama de la cual emerge la figura del onnagata. Esta palabra tiene como significado figura, forma o modelo de mujer. El onnagata no imita a la mujer japonesa en sus formas y maneras de comportarse, sino que busca la sublimación de la feminidad. Además, es un estereotipo de personaje que tiene un alto valor semiótico e interpretativo dentro del kabuki. Cada gesto, cada sutil movimiento, las palabras pronunciadas son un intento de interpretar un tipo de feminidad inalcanzable que intenta capturar y embrujar al hombre a través del comportamiento para enamorarle.
La sublimación de la mujer en el kabuki
El onnagata se aleja de la figura de la mujer porque no la copia ni tampoco la imita, sino que le da un significado nuevo. De esta forma, le da un nuevo sentido y valor significativo importante, a su vez, basado en la puesta en escena. Tampoco se transgrede los roles de género, no se subvierte la feminidad, sino que la ensalza en el arte escénico (Barthes, 2016). Para que un actor realizara el papel de onnagata tenía que comportarse como tal dentro y fuera del escenario. El personaje estereotipado de las representaciones tenía que ser tomado de la vida real como bien afirmó Ayame Yoshizawa en la obra Ayamegusa en 1776. Esta afirmación también la recoge Toshio Kawatake en la enclopedia en linea sobre artes escénicas japonesas:
«Si un onnagata esta escondiendo el hecho de que está casado y se entera de que la gente está hablando acerca de su esposa, debería ruborizarse. De lo contrario, no debería estar representando papeles de onnagata y, por tanto, no podrá desarrollarse en la profesión. El onnagata debería seguir teniendo los sentimientos de un onnagata incluso cuando está en el vestidor. También cuando está tomando algún refresco debería alejarse para que no lo vean. Si se está junto a un tachiyaku, quien va hacer el papel de amante, y se comporta sin los modales adecuados de una onnagata antes de entrar a escena, cuando represente una escena de amor con el mismo hombre las cosas fallarán por compelto ya que el corazón del tachiyaku no estará listo para enamorarse».
De la sublimación a la prostitución homosexual en el kabuki

Ayame Yoshizawa I (1673-1729) fue uno de los onnagata más importantes del periodo Edo, ya que llevó hasta la excelencia la interpretación de papeles femeninos. Fue capaz de desarrollar una técnica única, que sirvió como modelo a seguir para futuros actores especializados en este arquetipo de personajes. Uno de los consejos principales que ofrece para los futuros actores es comportarse como una mujer tanto fuera como dentro del escenario para no romper con la magia del teatro y crear una idea etérea y sublimida del elemento femenino en el espectáculo.
La era Edo fue el periodo en que se empezó a relacionar la figura de los onnagata con la prostitución masculina. Muchos de los espectadores de kabuki llevaban una vida disoluta con prácticas homosexuales (Astorga Hermida, 2008). Estas prácticas entre jóvenes actores y clientes de mayor edad se institucionalizaron en la sociedad japonesa a través de la llamada Vía de la Juventud (衆道, shudō). Por lo tanto, sin llegar a ser prohibidas, fueron reguladas por el gobierno. Precisamente los grupos sociales que practicaban esta vía formaban parte del clero budista, y además de los mencionados actores del kabuki, también se incluían comerciantes adinerados y la clase guerrera de los samurais (Gundry, 2015).
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
- Texto escrito por Sergio Paterna [CoolJapan.es]
- Fuentes bibliográficas: ASTORGA HERMIDA, Miguel Ángel, «Kabuki: Estilos y características prncipales del teatro japonés en la época Edo», en Nuevas perspectivas de investigación sobre Asia Pacífico, Granada, Editorial Universidad de Granada, 2008, pp. 117-133 | BARTHES, Roland, El Imperio de los signos, Barcelona, Seix Barral, 2016 | KAWATAKE Toshio, El estilo y belleza del Kabuki en Proyecto Enciclopedia Web | GUNDRY David, (2015) Samurai Lovers, ‘Samurai Beasts’: Warriors and Commoners in Ihara Saikaku’s WayoftheWarrior Tales, Japanese Studies, 35:2, 151-16 |
- Fuentes de imágenes: Imagen de cabecera | Imagen 01 | Imagen 02 |