La porcelana de Imari

Hace un tiempo nos introdujimos en el mundo de la cerámica nipona por medio de dos entradas. En esta retrospectiva mencionamos como uno de los centros más destacados de porcelana japonesa, las cercanías de horno de Arita, conocida como porcelana de Imari o de Arita. Hoy nos adentraremos en este estilo cerámico único y tan popular en Occidente como en Oriente.

Origen histórico

El arte de la porcelana nipona es muy posterior a su historia. Su nacimiento surge en el siglo XVII, aunque previamente podemos encontrar un comercio de este producto llegado tanto de China como de Corea. Éste era muy apreciado por la sociedad japonesa, por lo que los artesanos del país del sol naciente estaban deseosos de producir su propia porcelana.

Aquí es donde entra en juego el horno de Arita, ubicado en la ciudad homónima, en la prefectura de Saga. Éste es uno de los grandes antiguos hornos. Su tradición cerámica ha llegado hasta la actualidad, celebrándose año tras año un festival en la región.

El nacimiento de la Arita-yaki o cerámica de Arita tiene tintes coreanos. Surgió en un periodo de guerra entre la tierra donde nace el sol y la península de Corea. Durante la invasión de esta región por Japón en 1598, un artesano coreano llamado Yi Sam-pyeong fue secuestrado y llevado al archipiélago. Unos años más tarde, en 1616, se descubrió un depósito de caolín en la región de Arita.

El maestro Yi San-pyeong con los años llegó a la región. Allí logró emplear su conocimiento en cerámica coreana con los materiales nuevos de la zona, produciendo así una porcelana única. Ésta, contaba con unas inmensas influencias chinas en sus diseños, llegados al país del sol naciente desde la óptica coreana. Inicialmente se trabajó las tonalidades azul y blancas propias de la dinastía Ming.

Poco a poco la porcelana de la región de Arita, y más aún la porcelana de la ciudad de Imari fue evolucionando. Imari es una ciudad vecina a Arita, perteneciente también a la prefectura de Saga.

Con el paso del tiempo, la Imari-yaki desarrolló un diseño propio llamado Kakeimon. Éste fue creado por Sakaida Kakiemon, un artesano regional. Consistía en una serie de diseños florales que jugaban con el color rojo, azul, verde, amarillo y dorado sobre fondos blancos principalmente.

plato imari

El legado de Sakaida Kakiemon

Sakaida Kakiemon, también conocido como Sakaida Kizaemon (1615-1653) fue un alfarero japonés conocido por comenzar un estilo cerámico que aún perdura en el tiempo: el Kakiemon. Trabajó junto a otro de los grandes ceramistas japoneses, Higashijima Tokue, junto a quien desarrolló la primera porcelana esmaltada del archipiélago japonés.

Tras la caída de la dinastía Ming, y la llegada de la porcelana a Japón, Kakiemon comenzó su carrera profesional. Todo se inició formándose en Nagasaki de la mano de artesanos chinos. De este modo, él se pasó a ser la primera persona en el país en practicar el esmalte chino, aplicado sobre el acristalamiento, una técnica puesta de moda con el auge de la dinastía Qing. En 1643 Kakiemon comenzó su producción artística, con el estilo también llamado ko-Imari.

La importancia de Imari en el desarrollo de la porcelana

Imari tiene una situación ideal para el desarrollo de una porcelana de alta calidad. La ciudad se emplaza escasos 10 km de Arita, por lo que los artesanos tenían un acceso relativamente sencillo al gran horno donde producir su obra.

Además la ciudad cuenta con un fácil acceso al mar, contando con un puerto con gran afluencia comercial. Por éste motivo la Compañía Holandesa de las India Orientales, durante su ruta comercial por Extremo Oriente, realizaba una parada obligatoria en esta zona. Y es que la porcelana de Imari, conocida en Occidente como “Imari china” era muy cotizada en Europa.

Por este motivo, la producción de la región se incrementó en pocos años. Hoy día la zona es famosa por su estilo característico, lleno de flore y colorido, siguiendo un patrón marcado por Kakiemon siglos atrás.

jarron imari

Conclusiones

La porcelana japonesa ha sido y es un bien cultural muy apreciado tanto a nivel nacional como internacional. En Europa, gracias al comercio holandés podemos encontrar preciadas obras en Dresde, por ejemplo.

En España, y más en concreto, en Andalucía, por su relación con Japón en las rutas comerciales, contamos con unas piezas de enorme belleza. Éstas están expuestas en la colección Oriental: China y Japón de la Real Academia de Bellas Artes de Sevilla. Sin duda son piezas únicas y de gran belleza.


Fuentes

Acerca Macarena Torralba

Licenciada en Bellas Artes en la U. de Sevilla, actualmente es doctorando en la misma universidad. Estudiante de diseño y apasionada por el arte y la cultura nipona.

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