¿No os choca que los superhéroes de Marvel Comics parezcan inmortales mientras que los protagonistas de anime y manga sí que mueren? Esta vez voy a hablaros sobre el «mujyōkan» (無常観) como cosmovisión y concepto japonés sobre la belleza. «Kan» (観), en este caso, es un sufijo que expresa concepto, y «mujyō» (無常) significa que no hay nada cuya forma permanece, que todo está cambiando constantemente. La literatura japonesa está muy vinculada con esta idea. No solo la literatura, sino también la cultura japonesa en general contiene un elemento de mujyōkan, o más bien lo llevamos en nuestros adentros. De modo que a través de esta entrada espero ayudar a que entendáis mejor Japón.
Originalmente, el término «mujyōkan» proviene de un concepto budista. No obstante, a lo largo de la historia (a partir del periodo medieval) se convirtió en uno de los elementos característicos de la cultura japonesa. Y es que la cultura es la cristalización de la historia humana. Aunque provino del budismo, cuyo origen se encuentra en la India, no solo los budistas japoneses comparten esta idea, sino que los japoneses en general lo poseen en su interior sin tener demasiada conciencia de ello. Puede que a estas alturas el «mujyōkan» sea una parte de nuestra identidad. Esta influencia es casi inevitable y por eso cada nación tiene su propia idiosincrasia.

MUJYŌKAN EN LAS FLORES DE CEREZO
Sakura, las flores de cerezo, son las flores más amadas por los japoneses. Opino que las admiramos no solo por su hermosura, sino por su manera de vivir: la floración dura solo una semana y luego todos los pétalos caen como si no tuvieran ningún apego al mundo. Las flores de cerezo nos enseñan solo su máxima belleza de la vida, al contrario que otras flores, que se quedan en el árbol o el tallo aunque ya estén mustias o en estado miserable, como si quisieran aferrarse a la existencia. Los pétalos de cerezo caídos forman una alfombra en la tierra y dejan su cuerpo a través de la corriente del río.
Decimos que las flores de cerezo viven de buena gana y terminan de modo heróico, como si quisieran que las observemos bien. Todo tiene un final, hasta la belleza. No hay vida eterna. Quizá nos conmueven tanto porque nos envían este mensaje.
MUJYŌKAN EN LA LITERATURA

HEIKE MONOGATARI
Ahora nos asomamos al mundo de la literatura japonesa. Comenzamos con la historia bélica del Heike Monigatari: un libro muy recomendable para toda la humanidad, sin exagerar. Está lleno de verdades universales, es casi filosófico.
Cuando era estudiante de secundaria tuve que memorizar el comienzo del cuento. Según se dice, este libro fue escrito en la era Kamakura, cuando los samuráis llegaron a ser la clase privilegiada sustituyendo a los aristócratas, que habían sido los protagonistas del periodo Heian, la era anterior a la de Kamakura. Estas primeras frases son conocidas entre los japoneses.
El sonido del campaneo de Gionsōjya tiene la resonancia de «shogyō-mujyō», todo va cambiando, nada permanece en el mismo lugar. El color de las flores de Sarasōjyu demuestra la razón: los poderosos también declinan. Los engreídos tampoco pueden mantener su magnificencia. Es como si fuera un sueño primaveral. La prosperidad finalmente acaba, como si fuera el polvo que el viento lleva.
祇園精舍の鐘の声、諸行無常の響きあり。娑羅双樹の花の色、 盛者必衰の理をあらはす。奢れる人も久しからず、ただ春の夜の夢のごとし。猛き者もつひにはほろびぬ、ひとへに風 の前の塵に同じ。『平家物語』
TSUREZUREGUSA
Tsurezuregusa (『徒然草』) es un ensayo escrito por Yoshida Kenkō en la era Kamakura. Se considera uno de tres grandes ensayos junto con Hōjyōki, de Kamo no Chōmei, y Makura no Sōshi de Sei Shōnagon. Kenkō se hizo bonzo y escribió sus reflexiones, entre las que se percibe el influjo de «mujyōkan».
El mundo es como el estancamiento y la corriente del río Asuka; no permanece, con el paso del tiempo se transforma. Encima está el vaivén de la felicidad y la desgracia. La tierra que una vez era espléndida ya se volvió un campo sin habitantes. La casa tiene un dueño distinto al anterior.
飛鳥川の淵瀬常ならぬ世にしあれば、時うつり事去り、たのしびかなしび行きかひて、花やかなりしあたりも、人すまぬ野らとなり、からぬ住家は人あらたまりぬ。
『徒然草』吉田兼好
Fundamentalmente hay dos maneras de entender el concepto «mujyōkan»: una optimista y otra pesimista. Podríamos llamarlo el modo natural, aceptar la realidad tal cual y vivir a duras penas. Por otro lado, hay gente que lo interpreta como un pretexto de que no merece la pena esforzarse para así vivir sin moderación. Es normal que enfrentarse a la verdad suponga una experiencia dura. Además, la vida está llena de vicisitudes. No obstante, podemos superar al impacto y crecer como personas.
HŌJYŌKI
El Hōjyōki (『方丈記』), de Kamono Chōmei, empieza con una frase imbuida de mujyōkan:
La corriente del río es incesante, pero el agua (que ahora ves) no es el agua de antes.
ゆく河の流れは絶えずして、しかも、もとの水にあらず。鴨長明『方丈記』

POESÍA DE LA HERMOSA INCOMPARABLE
En la era Heian, en el siglo IX, hubo una poetisa llamada Ono no Komachi. Hoy en día, su nombre también representa a las mujeres bellas. Existen varias hipótesis sobre su lugar de su nacimiento. No obstante, se conoce que era de Akita, en la región de Tōhoku. Esta zona tiene una curiosa reputación como región productora de chicas guapas, gracias a aquella hermosa mujer de hace mil años.
Ono no Komachi escribió unos versos que traspiran mujyōkan. Entre ellos, uno que está en el Kokinshū (『古今集』), el primer libro de poesía realizado por orden del Emperador.
Las bonitas flores del cerezo ya están decoloradas. Igual que ellas, he perdido la belleza mientras observaba la larga lluvia primaveral que caía sobre los cerezos y contemplaba el amor inútilmente.
花の色は移りにけりないたづらに我が身世にふるながめせし間に
小野小町『古今集』
EL SANTO DEL HAIKU, BASHŌ
Matsuo Bashō, conocido por Oku no Hosomichi (『奥の細道』), es uno de los poetas de haiku más importantes. Creó el siguiente verso al pasar por un antiguo campo de batalla en Hiraizumi en pleno verano. En el lugar donde una vez hubo guerra, a la visita del poeta tan solo estaba cubierto por hierbas.
Solo quedan las hierbas de verano, sin ninguna sombra humana.
Los guerreros combatieron para conseguir una vida fausta; sin embargo, parece que era un sueño.
夏草や 兵どもが 夢の跡
松尾芭蕉『奥の細道』
No solo los que han perdido en una lucha, los ganadores tampoco pueden mantener su status ni su prosperidad. Todos tienen un destino mortal: quizá esta sea la única igualdad que poseen los seres vivos. Entonces, ¿por qué los humanos no dejan de librar batallas?
Tal vez, reflexionando profundamente sobre estos asuntos, nacía la filosofía en un lugar de Occidente mientras que, en otro de Asia, un antiguo príncipe alcanzaba el Nirvana.
¿Qué imagen tenéis sobre la muerte? En cada cultura hay un tabú social. Puede que hablar sobre la muerte y el envejecimiento pertenezcan al tabú occidental. Aun así, me atrevo a mencionar este tema porque nuestro cuerpo no permanece eternamente y la muerte es el momento en cual concluye nuestra vida. Hay eventos que nadie puede evitar. ¿Cómo queréis vivir hasta entonces? ¿Queréis buscar el secreto para obtener un cuerpo inmortal?

EL ORIGEN DEL NOMBRE DEL MONTE FUJI Y NEGAR LA EXISTENCIA ETERNA
Desde antaño, los humanos llevan buscando maneras de alcanzar la vida eterna. Han intentado hallar una medicina para ser inmortal, una panacea. «Mujyōkan» quizás esté en contraposición a la eternidad. El Fuji es el monte más alto de Japón: el origen de su nombre proviene del cuento japonés más antiguo, Taketori Monogatari, que probablemente fuese escrito antes del 910 d.C.
Este cuento de hace siglos se puede definir como una historia de ciencia-ficción. La protagonista es una extraterrestre que vino de la Luna. Un anciano cortador de bambú la encontró dentro de un tronco de bambú que había cortado. Era un bebé, pero creció rápidamente y se convirtió en una hermosa muchacha. Vivía felizmente como hija del cortador de bambú y su anciana esposa, pero su belleza no le dejó vivir en paz. Tuvo varios pretendientes, que incluían al Emperador. Un día, le confesó a sus padrastros que venía de la Luna y tenía que volver a su casa. Antes de regresar al astro, le regaló al Emperador una medicina para obtener la vida eterna. Para él, tras perder la posibilidad de compartir su amor con ella, la vida eterna ya no tenía sentido, de modo que llevó el medicamento a la montaña más alta y lo quemó. «Inmortal», en japonés, es «fuji» (不死), que se pronuncia igual que el nombre del monte Fuji (富士). Es un cuento del origen de su nombre.
Puesto que he omitido buena parte del argumento, os animo a leer la historia si os ha interesado.
MURAKAMI HABLÓ DE «MUJYŌ» EN ESPAÑA
Durante su discurso en la ceremonia del Premio Internacional de Catalunya 2011, el célebre novelista Murakami Haruki hizo mención al «mujyōkan».
Vivimos en un mundo efímero llamado «mujyō». La vida que nació siempre está transformándose y acaba por extinguirse sin ninguna excepción. Frente a las fuerzas de la naturaleza, estamos impotentes. Este reconocimiento de la fugacidad es uno de los componentes primordiales de la cultura japonesa. Al mismo tiempo, estamos dotados de un espíritu optimista que respeta a los difuntos y toma la decisión de continuar viviendo animadamente en este mundo inestable lleno de riesgos.
La inestabilidad no es un asunto exclusivo de las cosas visibles, sino que nuestro sentimiento cambia también con el tiempo. La ira se suaviza, la tristeza se transforma en nostalgia, la alegría se convierte en felicidad, etc. Es el mundo de «mujyō». A lo mejor a los lectores jóvenes os cuesta imaginar vuestro futuro dentro de diez años. No obstante, deseo que vosotros los jóvenes os convirtáis en adultos modelicos capáces de inspirar a futuras generaciones.
Hoy en día está muy de moda rechazar el envejecimiento. No hablo solo de la tendencia en sí, sino que me refiero al aumento de la gente que tiene apego a su persona de una forma casi obsesiva. Van a gimnasio para mantener su cuerpo joven, se realizan intervenciones quirúrgicas, inyecciones para paralizar el rostro para que no se noten las arrugas, se hacen tratamientos faciales todo el tiempo, etc. Dependiendo de la circunstancia de cada uno, puedo entender que se tenga la necesidad de hacer estas cosas, no lo niego. Me parece muy bien que la gente se cuide. No obstante, creo que en el mundo actual necesitamos buscar la manera de aceptar que no podemos parar el transcurso del tiempo. Somos una parte de la naturaleza.
Al mismo tiempo, algunos seres humanos son rebeldes y antinaturales. Posiblemente podamos desobedecer a nuestro destino mortal y convertirnos en transhumanos.
¿MUJYŌKAN EN EL MANGA Y EL ANIME?

El clásico del manganime Galaxy Express 999 (『銀河鉄道999』) de Leiji Matsumoto trata el tema de la transhumanidad. Pese a que no se nota demasiado, parece ser que el concepto «mujyōkan» existe en el subconsciente de la literatura actual, además de en el anime y el manga. Os doy un ejemplo: en el exitoso manga Death Note, pienso que en el personaje del joven detective se da un tipo de «mujyōkan» ¿Qué opináis? Me gustaría que compartáis vuestra experiencia con el «mujyōkan».
¿Pero por qué queremos adquirir una vida larga? Habrá innumerables respuestas. Creo que un motivo es el miedo a la muerte, y otro tiene que ver con la búsqueda de la felicidad. Por cierto, mi lema en la vida es Carpe Diem, Memento Mori: esta celebérrima frase en latín sería mujyōkan en el mundo nipón.
La vida tiene su fin. Hasta entonces, disfruto cada instante.
(Traducción de las citas : Lisa Kobayashi)
Fuentes:
- Textos consultados de: Wikipedia | Texto creado por Lisa Kobayashi [CoolJapan.es]
- Imágenes extraídas de: 角川書店, PHOTOHITO, Ukiyo-e Search, 猫アリーナ