Para tratar los orígenes de la literatura japonesa tenemos que remontarnos a los primeros textos escritos. No obstante, tenemos que tener en cuenta que los primeros textos escritos en Japón se produjeron a raíz de la llegada del budismo al país a partir del siglo V de nuestra era a través de la península coreana. Además, estos estaban escritos en chino clásico, la lengua de la alta cultura, como lo fue el latín en Europa durante siglos. De esta forma, el kanji, sistema de escritura que en aquella época ya tenía unos tres mil años de antigüedad, se convirtió en el sistema de escritura para la lengua japonesa. China se convirtió así en la principal potencia militar y cultural de Asia Oriental y el Sudeste Asiático.
El kanji, la escritura de los Han, no entró rápidamente en Yamato, sino que fue entrando poco a poco a través de la religión y del comercio del archipiélago japonés con el continente asiático. Otro efecto que tuvo la llegada de este sistema de escritura fue el enriquecimiento del léxico japonés con la introducción de neologismos a partir de las palabras del chino que se iban adaptando fonéticamente a la lengua japonesa. También cabe añadir que este hecho se produjo en diferentes épocas históricas. El chino, como lengua viva, evolucionaba fonéticamente, y muchos caracteres se reintrodujeron en Japón con una nueva fonética. Es por este motivo que el kanji en japonés tiene como mínimo dos lecturas, la lectura original japonesa y la adaptada del chino. El japonés, a su vez, también fue evolucionando a través del tiempo y podemos dividir esta evolución en los siguientes periodos lingüísticos, relacionados con los periodos históricos:
- Kodai: 13000 AC – 600 (Jomon, Yayoi, Kofun).
- Jodai: 600 – 784 (Asuka y Nara).
- Chūko: 784 – 1184 (Heian, Insei).
- Chūsei: 1184 – 1603 (Kamakura, Muromachi).
- Kinsei: 1603 – 1867 (Edo).
- Kindai: 1868 – 1945 (Meiji, Taisho, Showa).
- Gendai: 1945 – Actualidad (Showa, Heisei, Reiwa).
De toda esta cronología, los periodos que más nos interesa son los de Jodai y Chūko, sobre todo, este último periodo, ya que es la época dorada de la literatura cortesana de Heian, la era de la poesía amorosa y de las novelas épicas.
El factor artístico en los orígenes de la literatura japonesa
El comercio con el continente fue bastante importante, ya que esto significó la llegada del primer flujo cultural durante el periodo de Kofun. En este caso, la elaboración de espadas y orfebrería permitieron que los habitantes de las islas pudieran observar los primeros caracteres tallados como elementos decorativos. Por un lado, tenemos los primeros cien caracteres, tallados en la espada de Inariyama Kofun (稲荷山古墳). En esta espada, podemos observar como el sistema de escritura kanji se había empezado a intentar amoldar a la complejidad de la lengua japonesa.
El factor religioso y la llegada del budismo
La llegada del budismo a Yamato ( 大和 ) fue culminante para el inicio de la literatura escrita, gracias a la llegada de monjes budistas a las islas a través de la península coreana, ya que con estos monjes llegó una nueva doctrina y unas nuevas enseñanzas religiosas, que marcarían para siempre la sociedad del país. Al igual que sucedió con el nacimiento de las literaturas de las diferentes lenguas románicas, el factor religioso permitió el nacimiento y la evolución de otros sistemas de escritura menos complejos, derivados de la simplificación de los kanji, para poder escribir más rápido.
Ante esta necesidad, los nuevos monjes budistas del país necesitaron de otro sistema de escritura, que fuera rápido de utilizar para poder anotar los comentarios de los sutras, recitados por los monjes que venían a enseñar el budismo. De esta forma nació el katakana (片仮名), silabario basado en partes de diferentes caracteres. Por otro lado, la influencia de la escritura en cursiva de los caracteres sínicos, permitieron una evolución rápida de la escritura en Kanji, que cada vez se fue simplificando más, a través de la escritura en cursiva de los caracteres. De esta forma nació el silabario hiragana (平仮名). Gracias a este silabario, que acabó por adoptarse en la corte imperial, pudo nacer una literatura popular, escrita en japonés, que en cierta manera competía con la alta cultura escrita en chino clásico.
El factor social y de género
La literatura japonesa en el periodo de Jodai fue totalmente elitista, ya que solo la nobleza tenía acceso a la cultura. Pero dentro de la nobleza, solo los nobles podían estudiar chino clásico, por lo tanto, la escritura en kanji. A este sistema de escritura también se le conoció como otokode (男手), o escritura masculina. En contraposición, la aparición del silabario hiragana(平仮名) , o kanas provisionales, permitió que las cortesanas de Heian pudieran recibir un mínimo de educación al poder leer y escribir.
Este silabario, al ser utilizado por las damas de la corte recibió el nombre de onnade (女手), o escritura femenina. La existencia de dos tipos de escritura permitió la existencia de una «alta» cultura, solo para la élite social masculina y una cultura «popular» mucho más extendida por la corte y relativamente menos elitista.
Heian, la era dorada de la literatura japonesa
Si entramos en Heian es hablar de literatura en mayúsculas. Este fue, quizás, uno de los periodos más brillantes de las letras japonesas. La literatura heianesca abarcó la poesía, las grandes epopeyas históricas y las pasiones inconfesables de las damas y los nobles de Kioto. Tampoco podemos olvidarnos de los relatos anónimos en formato de cuentos como el Taketori monogatari (竹取物語), que ayudaron al desarrollo de la novelas y de los relatos épicos, verían la luz en la era de Heian.
La poesia de Heian, el catalizador de la literatura escrita
La poesía fue la parte de la literatura que más se desarrolló en esta época. Este género recibía el nombre de waka ( 和歌), poesía wa, escrita en japonés y que se diferenciaba del washi (和紙), la poesía japonesa que imitaba a la poesía china y estaba escrita en chino clásico, por lo tanto, solo por los nobles. En cambio, el waka podía estar escrito tanto por los nobles como por la damas cortesanas. A su vez, el waka se dividía en dos estilos de poemas; el chōka (長歌) o los poemas largos y el tanka (短歌 ) o los poemas largos.
El tanka (短歌) gozó de gran popularidad entre los nobles, ya que se organizaban numerosos concursos literarios, en los los cuales los participantes presentaban sus mejores composiciones. Además, el waka (和歌) fue la poesía amorosa por excelencia de la gente bien de la corte. Los solícitos amantes solían enviar este tipo de poesías a sus amadas, esperando una respuesta afirmativa a sus proposiciones nocturnas. A lo largo de los años, la mayoría de estas poesías se fueron recopilando, dando forma al Manyōshu (万葉集), el recopilatorio de las diez mil hojas, el primer inventario de la poesía japonesa, escrita en japonés.
La narrativa palaciega
Ya hemos visto que, la creación del silabario hiragana (平仮名) fue el elemento más importante para el florecimiento cultural y literario de la época dorada de la literatura japonesa: la era heian. volvemos a la religión, el sintoísmo también tuvo su importancia con la aparición de los norito (祝詞), los primeros textos sagradas del sintoísmo, estos eran oraciones o palabras dirigidas a los dioses sintoístas y eran recitados por los sacerdotes en las ceremonias. Precisamente, los primeros norito (祝詞) aparecen recogidos en el Kojiki (古事記), una de las primeras obras escritas en japonés. Si tenemos que poner una fecha para el nacimiento de la literatura japonesa, esta seria el 712, año en que se recopiló ló el antes mencionado este compendio mitológico del sintoísmo, ocho años después aparecería el Nihonshoki (日本書紀).
Estos dos libros sirvieron para justificar el poder imperial. El primero, para justificarse ante el pueblo, como una suerte de La Eneida y el segundo fue utilizado como propaganda ante la corte imperial china. Por lo tanto, el primero fue escrito en japonés clásico y el segundo en chino clásico. No obstante, la narrativa también tuvo un desarrollo considerable, como ya hemos comentado. Gracias al hiragana (平仮名), las damiselas de la corte registraron en sus memorias muchos de los sucesos, que acontecieron en Palacio, estos libros fueron los llamado diarios de cabecera, de los cuales destacamos El diario de la almohada de Sei Shōnagon (清少納言), o el diario de la dama Sarashina (更級日記), un diario anónimo cortesano. Pero, dondo observamos el gran desarrollo literario de Heian fue en las dos grandes epopeyas de la última etapa de Heian: Genji Monogatari (源氏物語) y el Heike Monogatari (平家物語).
El primero fue escrito por una mujer, Murasaki Shikibu (紫 式部 ), una noble de la corte, que escribió una de las primeras novelas de la literatura universal, una obra, que poco tiene que envidiar a otras novelas como El Quijote o Tirant lo Blanc. Pensemos que el Genji Monogatari (源氏物語 ) fue escrito en el siglo XI, cuando las literaturas en lenguas romances apenas acabaron de eclosionar. En esta época en Japón habían mujeres, que escribían grandes epopeyas novelísticas. El único paralelismo que podamos encontrar en la literatura escrita en Occitania es la figura de Duoda, una dama carolíngia que escribió el primer tratado pedagógico de la Edad Media. La narrativa japonesa acabó por fianzarse dentro de la élite cortesana japonesa con el uso de los silabarios como la máxima expresión de la literatura escrita en lengua japonesa, alejada de aquellos otros textos, que imitaban las obras clásicas de la literatura china.
Fuentes:
- Textos consultados: FRELLESVIG, Bjarke, History of Japanese Language, Cambridge, Cambridge University Press, 2010.| MILL, D.S. «Japanese Poetry», en The Journal of the Royal Asiatic Society of Great Britain and Ireland, 1975, pp. 35-53 |RUBIO, Carlos, Claves y textos de la literatura japonesa, Madrid, Cátedra, (2019) |
- Texto Creado por: Sergi Paterna (Cooljapan.es)
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