Como lo leéis.
Naruto tendrá su adaptación hollywoodiense. La noticia alberga interés porque el destino común de este tipo de iniciativas suele ser la deriva entre mesas de indecisas productoras (Akira), cuando no son deliberadamente postergadas en pro de films a buen seguro más rentables.
¿A todos nos ha venido a la cabeza Alita, James Cameron, y las secuelas de Avatar?
Sin embargo aquí, como ocurre con el Ghost in the Shell de Scarlett Johansson (Scoop, 2006) o la Death Note dirigida por el subversivo Adam Wingard (The Guest, 2014), la filmación está confirmada y lista para emprenderse.

Nada se sabe de los actores principales, aunque sí se ha filtrado la identidad del joven director que dará a conocer al ninja en Hollywood. Llamado Michael Gracey y sin ninguna película a sus espaldas, el chico parece, no obstante, bien apadrinado. Y es que además de Naruto dirige un proyecto llamado The Greatest Showman on Earth (2016) protagonizado por Hugh Jackman, así como una adaptación al cine de la biografía literarizada de Elton John denominada Rocketman (2016).
Ahora bien, más allá de que las versiones live japonesas sean en general mediocres, es público y notorio el funesto resultado del cine americano adaptando manga. Flotando en el ambiente están los recuerdos inefables de Dragon Ball Evolution (James Wong, 2009), quizá el destructor de infancias más caro de la historia del cine con 30 millones de dólares, o El puño de la estrella del norte (Tony Randel, 1995), acaso más disculpable por no apuntar tan alto en sus pretensiones pero igualmente fallida.
A pesar de estos dudosos precedentes y del más que cuestionable último tercio del manga de Kishimoto, seguramente sean muchos los fans de Naruto que hayan esbozado una sonrisa al enterarse de la noticia. Que se borre o no al conocer que la productora del film sea Lionsgate, la misma que apostase por sagas como Crepúsculo o Los juegos del hambre, ya es una cuestión estrictamente personal.
Fuentes:
- Texto creado por Antonio Míguez [cooljapan.es]