De todos es sabido que la cultura japonesa está llena de códigos y protocolos, su gusto por el orden y la sistematización de cada acción ha supuesto en muchos casos una de las mejores bazas de este pueblo tanto para su crecimiento económico como cultural. Hoy en día, muchísimas de las acciones que se llevan a cabo en los quehaceres diarios están regidos por estos protocolos, que son asimilados desde la más tierna infancia hasta el punto que muchos japoneses siquiera son conscientes de su existencia. La evolución de estas «formas de hacer» debemos rastrearla en la historia del reihō o protocolo/etiqueta japonesa tradicional.
Japón y el reihō
De todas las escuelas que regularon la etiqueta y el protocolo japonés, la más antigua de la que tenemos noticia (y que afortunadamente ha llegado hasta hoy en día a través de sus sucesores) es la escuela Ogasawara sobre la que versa este artículo. Por supuesto que existieron otras escuelas de etiqueta, siendo necesario nombrar la Mizushima ryū reihō y la Ise ryū reihō. Sin embargo, ambas escuelas derivaron en cierto modo de la tradición Ogasawara, aunque bien es cierto que más tarde lograron una proyección y creación de nuevas técnicas de protocolo que las hicieron distanciarse de la escuela «tronco». En este sentido, hay que entender que la escuela Ogasawara no solo fue la más antigua, sino también la más importante a nivel político. Sus instructores llegaron a ser samurái de alto rango (hatamoto) e incluso señores feudales (daimyō). Esto hacía que los lugares y a las personas donde se enseñara se vinculara más con las clases más altas, siendo difícil acceder al aprendizaje directo de la tradición Ogasawara y también muy caro. Aquí es donde intervienen las otras dos escuelas, que tuvieron una importancia menor a nivel político pero lograron una mayor proyección social y territorial, especialmente en aquellos feudos lejanos que recibían poco estipendio del gobierno central. Por ejemplo, sabemos que el feudo de Tosa ubicado en la isla de Shikoku, la escuela Ise ryū reihō tuvo una gran repercusión.
Los orígenes de la escuela y la familia Ogasawara
Los orígenes de la familia Ogasawara se remontan a finales del siglo XII, todavía durante el Periodo Heian. Durante las Guerras Genpei que darían fin a este Periodo y dando paso al Periodo Kamakura (1185-1333), Ogasawara Nagakiyō contribuyó mucho a las victorias del clan Minamoto, por lo que el primer shōgun de Kamakura, Minamoto no Yoritomo le nombra su instructor particular de ceremonias, así como tiro con arco, a pie y a caballo, surgiendo en este momento la escuela Ogasawara-ryū. Debido a la estrecha relación entre los Ogasawara y el nuevo Bakufu establecido en la ciudad de Kamakura, es allí donde queda fijado el origen de la escuela. El propio fundador, Ogasawara Nagakiyō, recibirá una revelación en un santuario local, hoy uno de los más importantes de la prefectura de Kanagawa: El Tsurugaoka Hachimangū. Este santuario shintō es considerado por este motivo como el lugar de reposo de los kami relacionados con la arquería y el protocolo. De hecho en honor a este suceso, todos los años se realizan populares demostraciones de tiro tradicional/ceremonial de arco a caballo (yabusame). En este primer momento de la historia de la escuela, las disciplinas estarán centradas en el tiro con arco, distinguiéndose dos vertientes:
- Deportiva/Marcial: Kyūjutsu o arte del tiro con arco y kyūbajutsu o arte de tiro con arco a caballo. Estas disciplinas buscaban el perfeccionamiento de un arma que hasta bien entrado el siglo XIV sería la herramienta fundamental y definitoria de los samurái en el campo de batalla. Dentro de este marco se englobarían partidas de caza como la Fuji no maki gari (lances de caza la ladera del Monte Fuji) o tradiciones como el inu mono (tiro con arco a perros callejeros).
- Ceremonial: En esta práctica se engloban los tipos de tiro a caballo como parte de festejos religiosos o el lanzamiento de flechas purificadoras o exorcizantes dentro de ceremonias religiosas. Generalmente se habla del paso del Periodo Heian al Periodo Kamakura como un cambio radical, una transformación del mundo tal cual era conocido, un giro radical de todos los ambientes sociales, culturales y religiosos que llegó con el desenlace de las Guerras Genpei. Sin embargo, esto no se ajusta a la realidad histórica, de hecho es posible que si pudiésemos mirar por una ventana mágica, no podríamos distinguir los últimos años de Heian de los primeros de Kamakura.
Los libros de historia nos plantean un cambio radical en el sistema político, y eso es cierto ya que pasamos de un estado gobernado por la figura del Emperador y sus cortesanos aristócratas a un nuevo gobierno (Bakufu) encabezado por una clase militar que ha alcanzado la nobleza, y que a su vez se ve respaldada por consejeros, y ciertos grupos de antiguos aristócratas. La capital también pasa de estar en Heian Kyō (Kyōto/Kansai) a Kamakura (Kanagawa). ¿Acaso estos cambios políticos y sociales afectaron en alguna medida a un cambio en las rutinas de los gobernantes? En absoluto, o al menos no demasiado, en tanto que los samurái que habían ascendido al poder no querían ser mirados con desprecio por los aristócratas, por lo que adoptaron muchas de sus costumbres y protocolos como propios del nuevo gobierno. Esto no es nada nuevo, y lo vemos repetido numerosas veces en la historia de la humanidad, por ejemplo, aquellos revolucionarios franceses que derrocaron a la monarquía borbónica, una vez tomado el poder, adoptaron las formas y usos de las antiguas casas reales ya que consideraban su modo de vida y sus protocolos como el sello del buen gusto y la elegancia que querían transmitir.
Es aquí donde aparece la figura de Kagami Tomitsu, padre de Nagakiyo, había estado muy involucrado en los protocolos que se llevaban a cabo en la corte de Heian Kyō, abarcando un vasto conocimiento sobre reihō. Ante las exigencias de Minamoto Yoritomo de contar con unos instructores de protocolo para los samurái que iban a ocupar los puesto de mando en el nuevo gobierno de Kamakura, Nagakiyo pide ayuda a su padre y consigue realizar una síntesis de los miles de protocolos de la corte imperial de Heian Kyō y aplicarlos a los nuevos tiempos de manera que no se perdiera «el buen gusto de antaño». Es desde este momento que la que será la escuela Ogasawara ryū aglutinará el tiro con arco junto con el reihō.
Hacia mediados del Periodo Kamakura, la escuela se dividirá en dos líneas, la que representa la «casa principal» o honke y una familia secundaria o bunke. Esto se materializará a partir de la tercera generación de sōke, donde la casa honke de Ogasawara ryū, denominada Sōryō contará con Ogasawara Nagatada como tercer sōke, mientras la bunke, denominada Kiyotsune, contará con Ogasawara Kiyotsune como tercer sōke. En este momento la diferencia a nivel didáctico entre ambas casas era escaso, diferenciándose sobre todo a nivel político y económico, sin embargo, en el futuro esta división si marcará diferentes caminos a tomar en la enseñanza de la escuela.
La evolución de la escuela y la preponderancia del reihō sobre el tiro con arco
Los conocimientos de la escuela Ogasawara eran apreciados por todas las familias y casas nobles, algo que era de mucha utilidad para los miembros de esta familia, especialmente cuando se avecinaban tiempos de cambios políticos, haciendo a los miembros de Ogasawara ryū unos impecables oportunistas que venden su sabiduría al mejor postor. A finales del Periodo Kamakura, los miembros de la familia Ogasawara eran testigos del declive del Bakufu y el progresivo ascenso en el poder del Emperador Go Daigo y sus vasallos, que pretendían derrocar al gobierno militar para volver a instaurar una corte imperial. Es en este momento, hacia 1333 cuando Ogasawara Sadamune, como séptimo sōke (cabeza de familia) de la escuela, se acerca al emperador y también a uno de sus mayores aliados, Ashikaga Takauji.

Sadamune era un hombre de confianza del Emperador Go Daigo, concediéndole el kanji de «rey» (王) para que lo utilizara como patrón para su su kamon (blasón familiar). Sadamune diseñará sobre la estructura del kanji otorgado una estructura de tres rombos superpuestos, naciendo así el famoso Sangaibishi kamon de la familia Ogasawara. Sin embargo, como todos sabemos, las ambiciones de Go Daigo no llegaron a buen puerto, más aún cuando su principal general (Ashikaga Takauji) se rebeló contra él, aplastando la causa imperial y fundando el nuevo Bakufu de los Ashikaga en la recién conquistada ciudad de Kyōto, dando origen al Periodo Muromachi de la historia japonesa. En esta transición, la familia Ogasawara supo moverse con agilidad pasando a ser los instructores de reihō del nuevo gobierno.
Gracias al mecenazgo del tercer shōgun del Periodo Muromachi: Ashikaga Yoshimitsu (1358-1408), el 12º sōke Ogasawara Nagahide replantea la escuela situando la etiqueta como la parte fundamental de la escuela y establece numerosos protocolos aristocráticos y palaciegos. En la Era Tenshō (1573-1592) el 22º sōke (honke) Ogasawara Hidemasa, asienta Ogasawara ryū como la más importante escuela de etiqueta para los buke o nobleza guerrera y se le nombra daimyō de Shinano-Matsumoto.
Ya en el Periodo Edo, en 1604 el shōgun Tokugawa Ieyasu llama al 17º sōke (bunke) Ogasawara Kiyotsune Tsunenao como instructor de tiro con arco para su hijo Tokugawa Hidetada. Años más tarde, el octavo shōgun Tokugawa Yoshimune, nombraría al 22º sōke (bunke) Ogasawara Kiyotsune Sadamasa como su instructor de arco, reihō y encargado de realizar los enlaces matrimoniales de la familia gobernante. El hecho que la familia honke obtuviera un feudo y el título de daimyō chocaba con que la familia bunke se encargara de instruir al Bakufu Tokugawa. Es por esto que desde el siglo XVII, los Ogasawara de Shinano y los Ogasawara de Edo tuvieron numeroso conflictos sobre quien llevaba la voz cantante. A esta ecuación además se unió una línea de la casa honke que había permanecido en Kyōto desde el Periodo Muromachi, negándose a trasladarse junto con los líderes del clan al nuevo feudo de Shinano. Empero todo esto, la enseñanza era prácticamente la misma en las tres líneas, diferenciándose entre ellas por cuestiones políticas y de poder e influencias.
¿A que nos referimos con reihō?
Cuando hablamos de la escuela Ogasawara ryū reihō, mucha gente piensa que ser licenciado en ella es algo tan «simple» como aprender a saludar, sin embargo, su currículo no solo es más complejo sino mucho más denso. Dentro de la etiqueta de comportamiento se enseña cómo se debe comportar una persona correctamente en determinadas situaciones tales como: recepciones, nombramientos, bodas, funerales, etc… Dentro de estas «normas de comportamiento» encontraremos el saludo, las posiciones corporales, el lenguaje a utilizar, la actitud que se debe tomar, etc… También existen numerosas enseñanzas para poder representar una exquisita etiqueta al hacer regalos, escribir cartas, poner la mesa, comer, andar, abrir-cerrar puertas, etc… Todas estas situaciones, por supuesto pueden variar ligeramente dependiendo del grado de la persona que se vaya a recibir, agasajar o presentar. Aparte, también existen otras escuelas adscritas a la propia Ogasawara, encargándose de importantes ceremonias japonesas, entre ellas contamos: Ikebana– kadō (adorno floral), Sadō-Chadō (ceremonia del té), Kōdō (arte del incienso), Shodō (caligrafía), así como otras artes como la de confeccionar el tokonoma del hogar, vestir y desvestir kimono (kitsuke), escribir poesía e incluso aprender, un dialecto del japonés que desde tiempos de Heian solo se habla y escribe en el entorno de la Casa Imperial, hasta hoy en día, que la Agencia Imperial la sigue utilizando para determinados comunicados.

El Mujinzō es un tipo de texto recopilatorio de categoría cronista del cual sabemos que se publicó en diferentes épocas narrando algunos de los hechos más destacados de la sociedad de cada momento. En el Mujinzō de 1752 se habla de «La forma correcta de las diez mil reglas de etiqueta», completándose en el mismo texto publicado en 1849 bajo el nombre «Las diferentes normas de etiqueta de la escuela (y casa) Ogasawara y como enseñarlas». En este último texto podemos encontrar párrafos dedicados a:
- Abanico: Cómo llevarlo. Cómo ofrecerlo. Cómo usarlo.
- Habitación: Cómo entrar. Como salir. Cómo permanecer. Cómo invitar.
- Bebidas: Cómo beber/ofrecer té. Cómo beber/ofrecer bebidas alcohólicas. Cómo tratar con bebidas frías y calientes.
- Vestimenta: Como ponerse un kimono. Como poner (a un tercero) un kimono. Como doblar un kimono. Como entregar un kimono.
- Apreciación: Como apreciar un nihontō. Como apreciar un tokonoma. Como apreciar un ikebana.
- Comidas: Poner la mesa. Como comer (manera). Como comer (orden). Cómo comportarse. Como acompañar (en la comida).
- Actos varios: Sonarse la nariz. Manejar un biombo. Pelar fruta, etc…
En este punto invito al lector a que realice un ejercicio mental y se imagine una ceremonia del té japonés (sâdō/chadō), bien, pues todos esos códigos y pasos calculados al milímetro y al segundo se dan en cada una de las acciones anteriormente citadas. La práctica de estas acciones se realiza mediante la forma de kata o movimientos prestablecidos, siendo necesario repetirlas innumerables veces hasta que el cuerpo las asuma como propias y naturales. De todas formas, el Mujinzō es sólo un compendio de algunas de las tradiciones de la familia Ogasawara, a lo que habría que añadir cientos de situaciones que contemplan estas y muchas otras prácticas de reihō dentro de la escuela Ogasawara.
Ogasawara ryū reihō en la actualidad:
Como hemos dicho anteriormente, las clases adineradas siempre buscan parecerse a los antiguos aristócratas, buscando el «buen gusto» y «las buenas formas». Durante el Periodo Edo, especialmente hacia finales del siglo XVIII y durante el XIX, la burguesía emergente o chōnin alcanzaba en muchos casos unas cotas de riqueza que superaba a muchas familias samurái. Sin embargo, carecían de reihō y se les estaba vetado acudir a las academias donde se enseñaba. Es por esto, que una de las costumbres que se estableció fue que los chōnin enviaban a sus hijas casaderas en función de criadas a casas de samurái de manera que aprendieran reihō que luego transmitir a sus hijos. Esta situación era especialmente cómica en muchos casos ya que la criada debía cambiar unas rutinas de lujo y opulencia por vivir en hogares donde se rozaba la indigencia a fin de poder aprender reihō. Este proceso era necesario llevarlo a cabo en cada generación, ya que sin bien los códigos del protocolo japonés son antiguos y en parte inamovibles, si cuentan con una reordenación de los mismos muy sujeta a las modas de cada momento, por lo que «para estar en la onda» era necesario estar actualizándose constantemente con esos códigos a los que solo tenían acceso la nobleza guerrera.

Con la llegada de la Era Meiji (1868) la escuela Ogasawara volvió a moverse estratégicamente hacia la facción en el poder, convirtiéndose de nuevo (desde la época de Go Daigo) en la escuela que regía el protocolo y la etiqueta del Palacio Imperial. Pese a que en esta época moderna habían dejado de existir los samurái, muchas de las antiguas familias siguieron conservando los códigos y enseñanzas de etiqueta. Este hecho llevó a que hasta bien entrado el siglo XX, los campesinos siguieran mandando a sus hijas casaderas en función de criadas a casas de «gente bien» para que aprendieran muchos de los protocolos de Ogasawara ryū que se seguían enseñando.
En el marco del siglo XX, ya en la Era Taishō, el gobierno impulsó el hecho de que en las Escuelas de Instrucción Femenina se enseñara Ogasawara ryū reihō, de forma que las futuras madres crearan unos hijos correctos y educados a las usanzas del antiguo Japón feudal. A día de hoy, esto es algo que se sigue enseñando de manera natural tanto en casas como en colegios, tanto a hombres como a mujeres (aunque haciendo especial hincapié en las mujeres). De hecho, muchos de los códigos que utilizan los japoneses hoy en día en determinadas situaciones que exigen una seriedad y protocolo, vienen de Ogasawara ryū, en muchos casos sin saberlo aquellos que los llevan a cabo de manera automática tal y como les enseñaron sus madres.
Debido a la difusión que se dio a la escuela durante el siglo XX, hoy en día podemos encontrar varios centros donde poder aprender reihō. Sin embargo, si estamos interesados en la enseñanza tradicional (koryū) de la escuela Ogasawara también tenemos la suerte de que hayan pervivido las dos líneas principales. La línea principal, Ogasawara ryū (honke) se distingue por enseñar sólo reihō, tal y como se estructuró en torno a él ya en el siglo XIV. Actualmente está dirigida por la 33º sōke Ogasawara Keishōsai y sus miembros portan el sangaibishi kamon.

La línea Kiyotsune (bunke) ha mantenido las enseñanzas de tiro con arco a pie o kyūjutsu: Hiki-me, Momote shiki, Ōmato shiki, Kusajishi shiki, San san ku tebasami shiki y el tiro a caballo o kyūbajutsu: kasa gake, en kasa gake, ko kasa gake, yabusame. En la actualidad está dirigida por el 31º sōke Ogasawara Kiyotada y sus miembros portan el sangaibishi jumonji kamon, distinguiéndose de la familia honke por tener una cruz inscrita en medio del blasón. Aunque esta escuela prioriza sus enseñanzas sobre el tiro con arco, también incluye reihō o etiqueta.
Ogasawara Tadamune sensei y Shimizu Nobuko sensei:
Mi relación con la escuela Ogasawara proviene de mi vinculación con la naginata y en concreto la escuela Ryōen ryū naginatajutsu fundada por Shimizu Nobuko sensei en base a sus conocimientos de Jikishinkage ryū naginatajutsu, Ogasawara ryū reihō y Musō Jikiden Eishin ryū iaijutsu Yamauch-ha Komei Jyuku, escuelas en las que Shimizu sensei alcanzó el máximo grado de maestría. En honor a esta vinculación y como antesala a futuros post sobre Shimizu sensei y sobre Ryōen ryū, me gustaría ahondar un poco en la relación de los dos maestros que dan título a este epígrafe.
Desde que Ogasawara ryū se convirtiera en la escuela oficial del Bakufu Tokugawa, pasó a ser una otome ryū o escuela «vetada» con un sistema ishi-shōden o fukanzen shōden donde la transmisión sólo pasa de padres a hijos, y en el caso del sōke es el único que posee la completa instrucción de la escuela. Tras la II Guerra Mundial, el 32º sōke (honke), el Conde Ogasawara Tadamune, se lamenta por la falta de etiqueta en la sociedad y decide cambiar el sistema al kanzen shōden, según el cual a todo máximo licenciado en la escuela (menkyō kaiden) se le otorga la potestad de enseñar y transmitir el ryū, aunque siempre bajo la supervisión y control del cabeza de familia o sōke. A estos máximos licenciados se les otorga un nombre, en representación de que han «renacido» como hijos del ryū. Ogasawara Tadamune sensei fue un acérrimo defensor de transmitir los conocimientos de reihō a las mujeres, de manera que ellas pudieran transmitirlos a sus hijos. Además reconocía que gracias al interés del género femenino en el reihō así como en otras artes tradicionalmente masculinas como ikebana, chadō/sadō, kōdō… no se han perdido las enseñanzas y podemos seguir disfrutándolas hoy en día. Según Tadamune sensei, la extinción de los samurái, y sobre todo, la industrialización habían llevado al hombre a perder la sensibilidad y el gusto por aquellas artes que en su día fundaron monjes y samurái, debido a estar inmersos en nuevo mundo que se mueve a ritmos frenéticos y que no da lugar a costumbres más sosegadas y nobles.

En el caso de Shimizu sensei, una vez hubo adquirido la máxima categoría dentro de la escuela (menkyō kaiden sō Shihan) el 32º sōke Ogasawara Tadamune le otorgó el nombre de Ryōen Genreisai, el mismo que ella elegiría como el nombre de su propia escuela de naginata. Shimizu Ryōen, como menkyō kaiden y miembro del consejo directivo de Ogasawara ryū reihō está en pleno derecho de enseñar la etiqueta de Ogasawara así como portar el kamon sangaibishi y utilizar el nombre Ryōen. Este blasón familiar será el que ha portado Shimizu sensei en eventos y demostraciones de naginatajutsu, sin embargo, en noviembre de 2015, cuando la escuela quedó registrada en el departamento de cultura del gobierno japonés, se le preguntó a Shimizu sensei si quería utilizar el sangaibishi kamon como marca de la escuela. En este punto, la reflexión de nuestra maestra fue la siguiente: «Yo soy máxima licenciada en Ogasawara ryū reihō, tengo permiso para portar el kamon que me concedió el 32º sōke, de hecho también me llevo bien con la actual 33º sōke Ogasawara Keishōsai. Sin embargo, el día de mañana que yo no esté, mis alumnos seguirán portando este escudo sin haber pertenecido a la escuela Ogasawara… ¿Qué ocurrirá si alguien de esta familia les pregunta el porqué de llevar ese escudo? Por este motivo he decidido cortar la parte inferior del kamon variando así levemente el diseño con el fin de evitar futuros quebraderos de cabeza a mis queridos alumnos».
Hoy en día, Shimizu sensei, pese a sus 75 años sigue instruyendo en Japón, y viajando a España, Francia, República Checa y Nueva Zelanda donde instruye a sus representantes de su escuela Ryōen ryū tanto en naginatajutsu como en reihō proveniente de la tradición de la familia Ogasawara.
Fuentes:
- Textos consultados de: KINSKI, Michael. Basic japanese etiquette rules and their popularization. Japonica Humboldtiana 5. Humboldt Unversität zu Berlin, 2001. Pp 63-123; OGASAWARA, Kiyotada. About the Ogasawara ryū since 1187.Reihō Kyūjutsu Kyūbajutsu Ogasawara ryū General Incorporated Foundation. 2015; OGASAWARA, Kiyotada / OGASAWARA, Junko. Etiquette for washoku, the cuisine of Japan. The etiquette of the samurai. Reihō Kyūjutsu Kyūbajutsu Ogasawara ryū General Incorporated Foundation. 2015.
- ogasawararyu-reihou.com | Texto creado por: Marcos A. Sala Ivars [CoolJapan.es]
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