Prosodia, un problema de la enseñanza del japonés como lengua extranjera

Imagen 01: ¿Cómo debería leerse la frase de Freezer en voz alta?
Imagen 01: ¿Cómo debería leerse la frase de Freezer en voz alta?

En la entrada de hoy tratamos  una de las cuestiones  menos estudiadas de la enseñanza del japonés como lengua extranjera. La poca importancia dada a la prosodia por parte de los profesores no nativos de japonés como lengua extranjera.  Sin duda, es un problema serio que debería ser tomado  en cuenta. Pero, para entender su importancia, el alumno tiene que saber que cada palabra tiene una entonación propia. Es decir, un patrón propio de pronunciación y entonación Alto y Bajo (Hight/Low). Además, este patrón cambia cuando las palabracos están dentro de un contexto pragmático del discurso oral.

Si tenemos en cuenta  que la prosodia está relacionada con la entonación fonética, su dominio debería de ser primordial. Entonces debería enseñarse como parte básica para dominar la comprensión y expresión oral desde un primer momento. Pero, en estos momentos, el alumno no es consciente de las carencias que tiene en estos dos campos.

Además,  el japonés, al ser una lengua aislada, no tiene una prosodia basada en tonos como las lenguas sínicas. La base prosódica del japonés tiene su base en el acento, como ocurre con el castellano y el catalán. Por lo tanto, no debería ser un problema demasiado grave para los docentes que  imparten las clases en estos idiomas. Entonces, ¿dónde radica el problema? La solución la encontramos en la fonética de la lengua que se aprende.

Una cuestión de la prosodia

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Imagen 02: ¿Cómo reiría Freezer y chillaría Piccolo?

Los alumnos extranjeros tendrán problemas para ser admitidos en escuelas y universidades japonesas si no tienen unas competencias orales adecuadas. Además, muchos centros educativos japoneses para extranjeros exigen un nivel de comprensión y expresión oral muy cercana a la nativa. El problema radica que muchos alumnos no llegan a alcanzar los niveles de dominio exigidos. Esto es así porque muchas escuelas no tratan el aspecto prosódico  basados en el acento y el ritmo de entonación. Por lo tanto, dejan de lado uno de los aspectos de la lengua tan básico como la gramática.

Así que este dominio solo se puede conseguir a través de la inmersión lingüística en el país. Otra solución sería   que el alumno hablara asiduamente con nativos en su lugar de origen. Otra cuestión sería los problemas reales a los que se enfrenta un estudiante de japonés como segunda o tercera lengua. Para dar con la solución cabría reflexionar sobre los errores que se cometen durante el aprendizaje de la lengua. Estaría, por un lado, la reflexión sobre la forma de enseñar, y, por otro lado, la forma de aprender. Así que son dos focos a tener en cuenta: las carencias en la enseñanza y las carencias en el aprendizaje.

 ¿Un problema de los docentes no nativos de japonés?

Este problema también afecta al profesorado al haber sido también alumnos de esta lengua.  Los docentes deberían tener un nivel óptimo en el conocimiento de la fonética y la prosodia japonesa. De esta forma el alumno adquirirá las bases para un aprendizaje óptimo. Pero, ¿dónde podemos encontrar estas carencias? Para encontrar las repuestas habría que observar los siguientes puntos:

  1. El tiempo limitado del estudio de la prosodia del japonés en las escuelas.
  2. Los docentes de japonés no tienen la suficiente competencia lingüística para enseñar prosodia y fonética.
  3. No existe un material didáctico adecuado para poder realizar una enseñanzade calidad de la prosodia y la fonética.
  4. Esto produce que no se mejore la expresión oral y la comprensión oral  dentro de un contexto determinado.

En el campo de la lingüística aplicada al japonés se podría y debería  mejorar estos defectos. De esta forma se podría optimizar la enseñanza de este idioma como lengua extranjera. Así se llegaría a los  niveles adecuados dell Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas. Para ello es el trabajo de los lingüistas el poder ofrecer las herramientas adecuadas a docentes y alumnos. Por eso, la solución podría partir en un cambio de las metodologías de la enseñanza del japonés.  Otra solución sería ofrecer clases de fonética y prosodia en los niveles bajos del idioma  (A1, A2, N5 y N4). Finalmente se podría solucionar las deficiencias estructurales de la metodología que incide en la comprensión y expresión oral.


Acerca Sergi Paterna

Blogger, traductor y divulgador de la cultura japonesa en Barcelona. Graduado en Estudios de Asia Oriental - Japón - por la Universitat Autònoma de Barcelona, Máster en Lingüística Teórica y Aplicada por la Universidad Pompeu Fabra y en estos momentos cursando el programa de doctorado en Comunicación e Interculturalidad por la Universidad de València. Lector de manga desde los noventa gracias a series como "Hokuto no ken" y fan del anime desde la primera emisión de "Harlock" por televisión. Mi sueño, no perder la esperanza de poder vivir algún día de todo esto.

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