Para muchos aficionados al cine, otoño es sinónimo de festivales. Ocurre en España, con San Sebastián como gran atractivo, también con Sitges, cita obligada para muchos amantes de lo japonés. Ocurre también en Tokyo, donde son numerosas las convocatorias. Por eso, cuando llega el otoño, tengo que rendir cuentas con el Tokyo Filmex 2016. Éste es el gran certamen de cine independiente de la capital nipona. Antes de que una nueva edición nos arrolle sin haber glosado la anterior, vamos a saldar esa deuda.
La edición de 2016 no fue pródiga en títulos autóctonos. Apenas dos piezas se colaron en la selección oficial del concurso. Afortunadamente, ambas cintas dieron la talla con propuestas de calidad. Sin embargo, fueron propuestas prácticamente antagónicas en cuanto al tono y al estilo. Repasémoslas.
Tokyo Filmex 2016: Our Escape (『ぼくらの亡命』Bokura no bōmei, Uchida Nobuteru)
Uchida Nobuteru regresaba al Tokyo Filmex 2016 tras llevarse el premio con su anterior película. Pero aquello ocurrió en la edición de 2010. El ritmo de producción del realizador no se explica tanto por la desidia sino por su forma de trabajar. El compromiso de independencia de su propuesta le lleva a la autoproducción y le fuerza al mínimo gasto posible. En esas condiciones, el rodaje se produce d6e manera intermitente, aprovechando para ello los fines de semana. Así que los días laborables son para ganarse la vida. La industria del cine sólo da para mansiones a determinadas figuras de la industria norteamericana. Por eso, se apoya en un esforzado equipo técnico y artístico que cobrará si el resultado es rentable.
Semejante economía de medios tiene su reflejo en la austeridad estética de Our Escape. Muy en la línea de las tendencias festivaleras contemporáneas, el metraje se alarga en prolongadas tomas. Un opresivo diseño de sonido captura y magnifica el ambiente. La música apenas punteará un par de momentos reveladores. La cámara se pega a sus protagonistas en su deambular por el Tokyo más sórdido. Luego se desplaza una indeterminada zona costera. La frialdad tonal del registro fotográfico trata de herirnos con la misma intensidad que el relato. Son personajes marginales con relaciones malsanas que utilizan el amor como forma de agresión.
Un protagonista muy particular
Independientemente de la capacidad técnica y artística desplegada, gran parte del mérito en esta cinta recae en el casting. Buen reparto en su conjunto, pero, ante todo, gran acierto en la elección del protagonista. Acierto o suerte, no parece fácil encontrar un actor principal cuya insólita apariencia incorpore una lectura del personaje. La desgarbada anatomía de Sumori Ryubun se completa con un rostro enjuto de aspecto feroz. Su destartalada estructura corporal hace el resto al conferirle unos movimientos casi antinaturales. Inmejorable apariencia para interpretar a un personaje voluntariamente alienado de la sociedad, pero no por ello carente de sentimientos. Entre esa voluntad de aislamiento y la necesidad de cariño se desencadena el drama de encontrar a quién amar. No sería más que otro ser al límite de la exclusión incapaz de gestionar el afecto.
Una narración inevitablemente trágica, resuelta con solvencia, aun sin alejarse demasiado en el tono. Por eso, logra marcar un perfil propio en el a veces poco original magma de las producciones. Son obras que buscan su amparo en el público de festivales. Interesante y recomendable.
Tokyo Filmex2016: Suffering of Ninko (『仁光の受難』Ninkō no jukan, Niwatsukino Norihiro)
Y como decíamos, la otra película japonesa a concurso no podía ser más diferente: Suffering of Ninko. Es una producción que se presenta al Tokyo Filmex 2016 con la aparente gravedad de un relato de ambientación histórica. El protagonista es un angustiado religioso en busca de redención espiritual. La supuesta trascendencia del relato tarda poco en ser desmentida por un planteamiento bufo. La película se regocija en la burla de buena parte de los más arraigados estereotipos asociados de la cultura japonesa.
Un desquiciado jidaigeki de ritmo tan acelerado como su metraje, que se resuelve en escasos 70 minutos. En tan limitado recorrido, la explotación estética del Japón tradicional es máxima. Un rasgo que alcanza el paroxismo con unos vistosos interludios animados. Estos interludios son la utilización de paneles de ukiyo-e animados con lo más trillado de la época Edo. Además, también aparecen máscaras de teatro Nō, samuráis errantes… Tampoco no podía faltar un giro final para incluir una subtrama en el terreno del kaidan. Es decir, la estelar aparición estelar, no es un término al azar, de una criatura aparentemente humana. Este episodio sobrenatural será el que ofrezca una vía de salvación a nuestro sufrido protagonista. Pero detengámonos aquí. Vista la buena trayectoria del film, con algo de suerte, la cinta llegará al alcance del lector de Cool Japan. No conviene desvelar más detalles.
Valorar lo cómico
Este planteamiento es muy de celebrar dentro de Tokyo Filmex 2016. La esclerosis que atenaza al entendimiento internacional de la cultura nipona es, a mi juicio, un elemento que debe combatirse. Pero demasiado a menudo se confunde la reflexión intelectual con circunspección formal. El humor es una forma de reflexión no sólo válida, sino demoledoramente efectiva. Para que suceda, es tan simple como desplegar un planteamiento inteligente forzando a la audiencia a entrar en su juego. Eso sí, sin renunciar a un entretenimiento despreocupado. Por eso, Suffering of Ninko logra con creces tan deseado equilibrio aunque también puede ser tan difícil conseguirlo.
Tras la proyección, el director Niwatsukino corraboró su apuesta autoconsciente para reírse de la recepción internacional del cine nipón. El realizador comentó que le faltó introducir algunos ninjas y luchadores de sumo para mayor disfrute. Además, aclaró que había poco sushi. La duda que queda es si esas audiencias foráneas recogerán el guante. Si no se confirmarán sus más íntimas convicciones sobre la «auténtica» identidad japonesa.
Fuentes:
- Texto creado por Jose Montaño [CoolJapan.es]
- Imágenes tomadas por: Jose Montaño [CoolJapan.es]