Es curioso que en ciertos lugares (como pueda pasar en España, por ejemplo) se cierren líneas de ferrocarril por falta de usuarios. Es una práctica de rentabilidad, no soy yo quien lo vaya a censurar, pero que tristemente ha dejado pueblos con estaciones vacías y sin vías, cuyos raíles han sido desmontados para instalarlos en las vías de servio de las modernas líneas de alta velocidad o conexiones de mercancías. Un paisaje desalentador que languidece con el paso del tiempo engullido por la vegetación. Sin embargo, a veces te enteras de alguna historia que te esboza una tímida sonrisa y, sin saberlo, te alegra el día.
En Japón, en la isla de Hokkaido, hay un ferrocarril que, pese a seguir circulando, planteaba la supresión de su parada en Kami-Shirataki debido a que ya apenas quedaban viajeros. Más bien solo uno: una estudiante de secundaria que lo toma para ir a clase.
La decisión habitual habría sido suprimir la estación y que dicha estudiante optara por emplear medios propios, es decir, que la acercaran en coche a una de las estaciones aún en servicio, a unos kilómetros de distancia. Pero sin embargo, JR (Japan Railways) tomó la decisión de mantener el servicio hasta que esta chica se graduara, hasta tal punto que el horario del tren se ha modificado ligeramente para que coincida con su ida y vuelta de clase. Solo hará esas dos paradas durante los meses que le restan; después, la estación de Kami-Shirataki se sumirá en el eterno letargo de tantas otras paradas, viendo pasar el tren en silencio. Será en marzo su justo descanso.
Fuentes:
- Textos consultados de: CCTVNews, ABC.es | Texto creado por Javier Bolado [CoolJapan.es]
- Imágenes extraídas de: Wikipedia