Trágica noticia la del pasado sábado, cuando descubrimos que el célebre dibujante Jirō Taniguchi nos dejaba por sorpresa a los 69 años. El autor de obras como Barrio Lejano, El almanaque de mi padre, El caminante o El gourmet solitario era un maestro único en su especie que consiguió la difícil tarea de acercar el estilo japonés a una Europa mucho más acostumbrada a las viñetas americanas, y lo hizo convirtiéndose en uno de los nombres más internacionales que han surgido dentro del medio.
Hasta siempre, maestro Taniguchi

Jirō Taniguchi nació en Tottori en 1947 y después del instituto empezó a trabajar en una compañía de textiles que vendía ropa occidental. Sin embargo, no tardó en mudarse a Tokio para perseguir su sueño de convertirse en dibujante de manga. Allí se convirtió en ayudante de Kyōta Ishikawa hasta que realizó su debut a los 24 con el manga Kareta Heya («La habitación afónica»), con el que ya empezaba a desarrollar ese estilo de líneas finas y degradados sin tinta. Tras pasar un tiempo aprendiendo bajo la tutela de Kazuo Kamimura (Lady Snowblood, Rikon Club), más tarde pasaría a crear sus primeras obras independientes con la colaboración de Natsuo Sekigawa, especialista en fondos con el que también publicaría su famoso Botchan no Jidai (La época de Botchan) de 1987 a 1996.
Amigo del gran Jean Giraud (Mœbius), llegó a firmar con él el manga Ikaru con los textos del francés. Lo cierto es que Taniguchi siempre tuvo una afinidad especial con nuestro país vecino, donde no solo tenía numerosos fans dentro del círculo del cómic, sino también del arte en general, llegando a ser protagonista de varias exposiciones sobre su obra. De estas nació también Los guardianes del Louvre, un título publicado en 2014 por Musée du Louvre Éditions en colaboración con la japonesa Shogakukan y que no hizo sino poner de manifiesto —una vez más— el gran aprecio que tienen allí por el autor. Sin duda, su figura se convirtió en un sólido puente entre la cultura del manga y el cómic occidental, creando lazos con un público poco acostumbrado a la narrativa nipona pero que no tardó en aceptar la bella poesía visual que ofrecía en sus obras.
Por otro lado, parece adecuado recordar que son muchos y muy importantes los premios que Taniguchi cosechó a lo largo de su carrera. Con La época de Botchan obtuvo el premio a la excelencia de los Premios de la Asociación de Dibujantes Japoneses y el mayor galardón del Premio Cultural Osamu Tezuka. En Occidente se llevó una nominación en los Premios Ignatz y otras varias en los Premios Eisner americanos, mientras que Barrio lejano surgió ganadora del premio L’Alph Art al mejor guión en el Salón de Angulema (Francia) y el premio a la mejor obra extranjera publicada en España en 2003 en el Saló Internacional del Còmic de Barcelona. Aun así, nada se puede comparar a cuando fue ordenado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras en Francia por su meritoria contribución al mundo del cómic. O quizá sí, teniendo en cuenta que en el año 2012 el observatorio Saji Astro Park bautizó un asteroide con su nombre: si hay quien piensa que al pasar a mejor vida nos convertimos en estrellas, está claro que Taniguchi nos llevaba mucha ventaja con eso.

Sin duda, su pérdida resulta un duro golpe para todos aquellos que amamos el manga, pero vaya por delante que sus obras siempre seguirán ahí para nosotros, dejando constancia de la increíble labor que realizó el autor a lo largo de toda su carrera. Si todavía no conocéis el trabajo de Jirō Taniguchi, os invitamos a descubrirlo a través de los diversos títulos que se han editado en España.
Fuentes:
- Textos consultados de Wikipedia | Texto creado por David Heredia [CoolJapan.es]
- Imágenes extraídas de Toyokeizai Online, Louis Vuitton