Japoneses en el mundo del videojuego: Yūzō Koshiro

Buenos días lectores, en esta ocasión, efectuaremos un cambio de tercio y, en lugar de hablar sobre un director o productor de videojuegos, me volcaré en tratar sobre la dilatada trayectoria del compositor japonés Yūzō Koshiro; uno de los realizadores de música y expertos en sonido para videojuegos más famosos e influyentes de la historia, conocido en el sector, sobre todo por sus célebres trabajos de los años ochenta y noventa del Siglo XX, y muy asociado a compañías como Sega y Nintendo.

Primeros años, un joven marcado por el talento de su familia

Yūzō nació en Tokio, en el año 1967, y el gusto por la música era algo que le venía de familia, al ser su madre, Tomo, pianista de profesión. De hecho, este sería el primer instrumento que el joven Yūzō aprendería a tocar; desde los tres años de edad. Con cinco años, ya era capaz de tocarlo con soltura, y, años más tarde, recibiría formación musical por parte del afamado compositor Joe Hisaishi, a quien recordaréis por su trabajo en, entre otras muchas películas, las realizadas por Studio Ghibli y Hayao Miyazaki.

Tanto su propia madre, Tomo (intérprete musical), como su hermana, Ayano (ilustradora y diseñadora), tendrían una relevancia notable en los futuros proyectos de Yūzō, como veremos más adelante.

No obstante, dado el auge de la música electrónica y lo novedoso que resultaba trabajar con sintetizadores y ordenadores; Koshiro fue absorbido por la pasión que comenzó a sentir por la composición digital, además de no dejar de lado su interés por los instrumentos tradicionales. Así, ya durante sus estudios en educación secundaria, comenzó a probar a realizar composiciones de todo tipo con su ordenador NEC PC-8801. En este ordenador realizaría incluso homenajes o guiños cómicos a bandas sonoras de videojuegos famosos en la época de compañías como Sega, Namco o Konami; lo que le permitió comprender los tempos y la forma de componer que era necesaria para videojuegos, algo que utilizaría más adelante.

Los videojuegos que le inspirarían para trabajar y querer formar parte de la industria serían auténticos clásicos como Gradius (1985) o Space Harrier (1985).

Su entrada en la industria del videojuego

Yūzō Koshiro durante su juventud, junto a varios ordenadores, entre ellos, su NEC PC 8801 (a la izquierda).
Yūzō Koshiro durante su juventud, junto a varios ordenadores, entre ellos, su NEC PC 8801 (a la izquierda).

En 1986, recién adquirida su mayoría de edad, entró a formar parte de la compañía Nihon Falcom, quien fuera la auténtica pionera en desarrollar videojuegos de rol japoneses (y que influenció a compañías como Square y Enix para realizar sus obras Final Fantasy y Dragon Quest).

Por desgracia, esta compañía y sus títulos fueron menos conocidos fuera de Japón durante la época de los años ochenta, dado el enorme boom que supusieron videoconsolas como la NES de Nintendo (ya que Nihon Falcom se centraba, sobre todo, en juegos para ordenadores personales).

Mandó una cinta de casete de demostración con trabajos suyos a la empresa en 1985, que la compañía aceptó de buen grado, incorporando parte de sus composiciones al videojuego Dragon Slayer II: Xanadu, para su expansión, llamada “Scenario II”. Xanadu era un videojuego de rol (del estilo dungeon crawler, que tan popular se haría años más adelante con videojuegos como Etrian Odyssey o Shin Megami Tensei), que apareció en distintos ordenadores personales, como los de NEC (la gama 8800), o los MSX. Esta franquicia sería otra de las que influenciarían a posteriores sagas como Final Fantasy, Dragon Quest o The Legend of Zelda. Tras esto, Yūzō Koshiro pasaría a formar parte del equipo de Nihon Falcom.

Trabajaría también en el videojuego Romancia (la tercera entrega de Dragon Slayer), en Dragon Slayer IV, y en Sorcerian. Aunque los videojuegos que le hicieron más popular, tanto a Yūzō como a la compañía Nihon Falcom fueron los de la saga Ys, participando ya Koshiro en ellos desde las dos primeras entregas (de 1987 y 1988).

 

Carátulas de Dragon Slayer II: Xanadu – Scenario II (1986) y carátula de Ys I: Ancient Ys Vanished (1987).
Carátulas de Dragon Slayer II: Xanadu – Scenario II (1986) y carátula de Ys I: Ancient Ys Vanished (1987).

El trabajo de Yūzō Koshiro iría ligado en esta época, y en años posteriores, al uso de su incombustible PC-8801 y el chip de sonido que utilizaba, llegando a emplear este ordenador para componer años más tarde, pese a disponer de equipos mucho más avanzados.

Koshiro comenzó a trabajar tras sus primeros años como compositor freelance, para evitar ligarse a una sola compañía de videojuegos o un único estudio (como años más tarde harían compositores como Nobuo Uematsu). Su trabajo lo escucharíamos en videojuegos como Bosconian (un shooter de naves, para Namco en el que podíamos movernos por el nivel con casi total liberdad); también trabajaría para la empresa Quest, que es la responsable de videojuegos como The Scheme, o la saga Ogre Battle.

También compuso la música para la novela visual Misty Blue de Enix, en 1990; y fue durante esta época donde comenzó su fama internacional, al fijarse Sega y Nintendo en su trabajo durante esta década.

Sus inmortales trabajos para Sega y Nintendo

Sería en Sega donde desarrollaría las bandas sonoras que ha compuesto, más conocidas hasta la fecha, y más queridas por los entusiastas de su carrera. Aunque también hizo un notable trabajo para videojuegos creados para la consola de la empresa de Mario y compañía.

Koshiro fue un adelantado a su tiempo, y mientras los videojuegos ofrecían buenos temas, él llegó a conseguir, mediante incluso desarrollar lenguajes de programación musical de su propia invención y/o basándolos en otros; crear auténticos temas que tanto funcionasen asociados al videojuego en cuestión, como que pudieran escucharse como música completamente independiente. De hecho, Yūzō Koshiro aún realiza conciertos con estas bandas sonoras, e incluso se pueden escuchar tanto sus versiones originales como algunas realizadas por entusiastas de la música electrónica en discotecas actuales de todo el mundo.

Fue en Sega y Nintendo donde crearía las bandas sonoras de tres videojuegos en cuestión, ya pertenecientes a la era de los 16 bits, que le convirtieron en uno de los músicos más conocidos de la industria: The Revenge of Shinobi (1989, Sega Megadrive), ActRaiser (1990, Super NES) y Streets of Rage (Bare Knuckle, 1991, Sega Megadrive).

Cada uno de estos videojuegos tenía influencias completamente distintas, y expresan los diversos tipos de géneros musicales que influyeron a Yūzō Koshiro a la hora de componer música. Shinobi nos mostraría música techno, beat y disco; influenciada además la mezcolanza de estos géneros con la música asiática y étnica.

ActRaiser tendría tintes completamente de música artística y clásica y en parte épica (para este videojuego, Koshiro creó un sistema para Super NES que permitiera reproducir más instrumentos, ya que los canales de audio limitaban esto (cargaban varias pistas de audio con un instrumento, y había un límite de instrumentos o canales que la consola permitía reproducir con su chip; y el método de Koshiro permitía cargar las secciones según la pista las fuera necesitando). Un sistema que luego sería aplicado por otros videojuegos en los que él mismo no trabajaría, como los de la saga Mana, o Tales).

Portadas originales de los videojuegos The Revenge of Shinobi y ActRaiser.
Portadas originales de los videojuegos The Revenge of Shinobi y ActRaiser.

Streets of Rage, por su parte, nos ofrecería una de las bandas sonoras más memorables de la historia del videojuego, que, además, funcionaba completamente como música de baile; con influencias techno, progressive, breakbeat o house, y que hacía a los jugadores quedarse anonadados ante tamaña variedad de sonidos producidos por el para la época actual, limitado chip de sonido de las videoconsolas de aquél entonces.

Koshiro fue uno de los compositores pioneros en realizar bandas sonoras completamente pegadizas y que fueran fáciles de recordar por los usuarios a los pocos minutos de haberlas escuchado por primera vez.

Resulta interesante comprender el importante papel en la vida de Yūzō que supuso tanto la fundación como su participación en la compañía Ancient en 1990, que trabajó codo a codo con Sega, Nintendo o Sony para la realización de los videojuegos donde Koshiro participaría. Ancient fue fundada por Yūzō Koshiro junto a su madre, Tomo Koshiro. La hermana de Yūzō, Ayano, realizaría diseños en los videojuegos de Streets of Rage, y también para la saga ActRaiser y la conocida Ys.

Yūzō también se encargó de la banda sonora de la versión de Master System de Sonic the Hedhehog (una versión completamente distinta de la del videojuego del mismo título aparecido en Sega Megadrive o Genesis en 1991, aunque también tomaría algunas influencias o pistas de la versión de Megadrive compuestas por Masato Nakamura). Haría un uso del sonido de 8 bits aplicando lo que había aprendido en sus años trabajando para videojuegos de 16 bits.

Las bandas sonoras de sus videojuegos fueron comercializadas (algo bastante poco común en la época), llegando a ser la banda sonora de Streets of Rage 2 (Bare Knuckle 2, 1992), uno de los discos que llegaron a las listas de top de ventas en Japón. Fue en estos años donde comenzaría a trabajar junto al compositor y productor Motohiro Kawashima.

Para la tercera entrega de Streets of Rage, de 1994 (Bare Knuckle 3), trabajaría de nuevo junto a Kawashima; e intentó crear un audio revolucionario para la época en un videojuego, que incorporaba secuencias de aleatorización de sonidos, para crear ritmos beat y techno; y que permitía la incorporación de nuevos efectos que difícilmente se le podrían haber ocurrido de forma corriente.

Yūzō Koshiro realizó la banda sonora para la versión de Sega CD, de Eye of the Beholder (un videojuego de rol basado en Dungeons & Dragons); siendo además uno de los primeros compositores de música de videojuegos interesado en el funcionamiento de la música digital y del Compact Disc, y su uso para las bandas sonoras de videojuegos.

Carátulas de Streets of Rage 3 y Eye of the Beholder.
Carátulas de Streets of Rage 3 y Eye of the Beholder en su versión para Sega CD.

Yūzō Koshiro en la actualidad

El tokiota no ha parado de trabajar como compositor, si bien, los años dorados para él fueron los noventa, en donde todo el mundo del sector de los videojuegos había quedado impresionado por lo novedoso de su sonido (recordemos que Megadrive, la consola que más bandas sonoras suyas recibió, tenía fama de tener “peor” sonido que su competidora directa, Super NES).

Su posición como trabajador freelance, le ha permitido no ser asociado a una compañía (aunque muchos gusten de unir el nombre de Yūzō Koshiro en exclusiva a Sega), y ha trabajado para todas las distintas grandes compañías de videojuegos (Nintendo, Sega, Sony, Microsoft…). Desde mediados de los noventa e inicios de los años 2000, su fama fue descendiendo, aunque ha trabajado en distintos videojuegos que no fueron tan remarcables como los clásicos beat ‘em up de Sega.

Todo esto cambió cuando un veterano de Sega se acercó a Yūzō para que formara parte de su nuevo proyecto para un nuevo videojuego, que pasaría a ser uno de los más importantes de la historia: Shenmue (1999, Sega Dreamcast), donde vemos a un Koshiro más clásico en lugar de más moderno y menos en su faceta de DJ.

El veterano Yū Suzuki, creador de la mayoría de franquicias de videojuegos más importantes de Sega, contó con él (junto con otros compositores como Takenobu Mitsuyoshi o Takeshi Yanagawa) para las dos entregas de Shenmue aparecidas en Dreamcast.

Este hecho devolvió a Yūzō Koshiro un poco de su fama anterior, y las distintas compañías de videojuegos han contado con él, principalmente como colaborador; como si se tratase de alguien famoso a quien invitar como guest star para un proyecto, dada su importancia en el sector, como ocurre con otros compositores como Nobuo Uematsu o Motoi Sakuraba. Trabajó en los videojuegos inspirados en el manga de Wangam Midnight, Car Battle Joe (videojuego desarrollado además por Ancient); videojuegos completamente originales.

Pero también ha colaborado en crossovers como Namco x Capcom (videojuego donde luchan personajes famosos de ambas compañías) o los Super Smash Bros, de Nintendo (videojuegos de lucha en donde aparecen distintos personajes famosos de la compañía o de alguna empresa third party como “invitados”); videojuegos en donde incluso ha versionado temas de Kōji Kondō como el tema principal de la saga The Legend of Zelda, o creaciones de Junichi Masuda.

De este carácter, también ha estado asociado a videojuegos crossover como Project X Zone 2 (2015) o Puzzle & Dragons X (2016).

Llegó a participar en la saga Castlevania en 2006, junto a la también merecedora de un futuro artículo aquí, Michiru Yamane, (siendo el trabajo de la compositora una de sus influencias a la hora de trabajar, junto al talento de otros compositores normalmente asociados a Konami o Namco).

No obstante, sus trabajos actuales más conocidos serán su participación en la banda sonora de Kid Icarus: Uprising (2012, Nintendo 3DS), junto a Motoi Sakuraba y otros compositores; y, sobre todo, la creación por parte de Yūzō Koshiro de la banda sonora para las distintas entregas de la franquicia Etrian Odyssey, nacida en Nintendo DS, y desarrollada por Atlus; desde la primera parte, de 2007, hasta la última entrega numerada, de 2016, para Nintendo 3DS.

Arte original de las carátulas de Shenmue (1999), y de Etrian Odyssey (2007).
Arte original de las carátulas de Shenmue (1999), y de Etrian Odyssey (2007).

La última colaboración sobre la que tenemos constancia a día de hoy, de Yūzō Koshiro para la industria, es la que está llevando a cabo para el videojuego Monster Boy and the Cursed Kingdom, que aparecerá tanto para PC, como para las videoconsolas Playstation 4, Xbox One y Nintendo Switch), y que verá la luz este año 2017.

Aquí trabajará de nuevo junto a Michiru Yamane y Motoi Sakuraba, pero también con Keiki Kobayashi, Takeshi Yanagawa y Haruka Shimotsuki. Este videojuego estará inspirado en la saga Wonder Boy/Monster World de Sega.

El compositor es muy consciente del impacto que la música de videojuegos ha tenido en la industria musical (habiendo influenciado a compositores musicales no relacionados con videojuegos, de música electrónica); DJs, bandas, y compositores de todo el mundo como Nick Dwyer, Flying Lotus, Dizzee Rascal, Kode 9, o Ikonika han reconocido la influencia que el trabajo de Koshiro y otros compositores japoneses han tenido sobre ellos.

Yūzō ha dado conciertos por todo el mundo y ha participado en diversos eventos de videojuegos, así como ha asistido a eventos en discotecas a ejercer de DJ, como podemos contemplar en este video. Su música ha dado la vuelta al mundo incluso en conciertos sinfónicos acaecidos en edificios tan emblemáticos como el Gewandhaus de Leipzig, e incluso la Filarmónica BGM de Japón le ha rendido homenaje al compositor.

Entusiastas y bandas profesionales alrededor de todo el mundo versionan su música, y también se han realizado proyectos de remasterización de juegos clásicos donde ha participó, como el famoso Streets of Rage Remake, por parte de un equipo casi por completo español (remake que Sega llegó a prohibir), en donde varios compositores homenajeaban la banda sonora original de Yūzō Koshiro para la franquicia Streets of Rage.

Arte promocional de Monster Boy and the Cursed Kingdom (2017)
Arte promocional de Monster Boy and the Cursed Kingdom (2017)

Fuentes

Textos consultados de: Game Atelier, Red Bull Music Academy, Sega, The Verge, Harcdcoregaming 101 | Texto creado por: Andrés Domenech Alcaide [CoolJapan.es]

Imágenes extraídas de: Game Atelier, Red Bull Music Academy, Sega, MSX GamesWorld, VGM Online

Acerca Andrés Domenech Alcaide

Doctor en Bellas Artes por la Universidad de Granada, especializado en investigación en videojuegos y Bellas Artes. Gran aficionado por la cultura japonesa y la historia del país nipón. Videojugador desde poco después de aprender a caminar, admiro a creativos como Shigeru Miyamoto, Eiji Aonuma o Hideo Kojima. Uno de mis sueños es el de montar mi propio estudio de videojuegos en España o Japón, y/o colaborar en producciones como jefe de arte o diseñador de personajes.

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