Hoy Internet llora la repentina pérdida de uno de los grandes profesionales del mundo de los videojuegos, el presidente de Nintendo Satoru Iwata, y a la luz de todos los homenajes y mensajes de condolencia, queda claro que todos, seguidores y rivales por igual, coinciden en lo mismo: Satoru Iwata era un buen hombre. Su enfermedad, declarada en verano del año pasado, se ha terminado cobrando la vida de un gran creador y directivo que ayudó en el desarrollo de varios clásicos del medio y que ha descubierto los videojuegos a millones de familias en todo el mundo. Desde que tomara el cargo 13 años atrás, su intención ha sido siempre apostar por la innovación en el medio y distanciarse de sus competidoras ofreciendo productos originales y de calidad, una estrategia que ha llevado a cabo hasta el final.

Iwata nació en diciembre de 1959 en Sapporo, Hokkaido. Su interés por la creación de videojuegos empezó a una edad muy temprana y ya en el instituto hacía sus primeros pinitos programando pequeños juegos en su calculadora Hewlett Packard, que causaban furor entre sus compañeros de clase. Más tarde estudió en el Instituto de Tecnología de Tokio, donde se especializó en ciencias informáticas y donde conoció a algunos entusiastas de los ordenadores, con los que acabó fundando HAL Laboratories. Iwata empezó a trabajar de forma independiente para ellos, cuando apenas era un grupo de cinco personas, y se convirtió en programador a tiempo completo una vez terminada la universidad.
Hijo de alcalde, lo cierto es que al principio no encontró la aprobación de su padre, quien pensaba que los videojuegos no eran una buena forma de ganarse la vida. Pero en apenas unos años ya era coordinador de producción de software y participó en la creación algunos de los títulos más emblemáticos de la era Famicom (la NES japonesa). Entre los juegos que ayudó a programar se encuentran Pinball, F1 Race, Balloon Fight, Famicom Grand Prix II 3D Hot Rally y NES Open Tournament Golf. En 1991 trabajó en la producción de Kirby’s Dream Land en colaboración con un jovencísimo Masahiro Sakurai (Kirby, Super Smash Bros., Kid Icarus: Uprising), quien desde entonces le ha considerado siempre un amigo y mentor.
Sin embargo, la empresa no estaba funcionando bien y se encontraba al borde de la bancarrota. Iwata se convirtió en presidente de HAL en 1993 y la ayudó a recuperar el control y a estabilizarse a nivel financiero. Se dice que una de sus más grandes hazañas en esta época fue que, ante la cancelación de MOTHER 2 (EarthBound en occidente), reunió a los responsables del proyecto y les dijo: «Podemos seguir trabajando con lo que tenemos y terminar en dos años o podéis tirarlo a la basura y dejarme reescribir todo el código para terminar con un juego mejor en solo un año». La declaración fue lapidaria pero cierta, y así lo demostró programando de nuevo todo el juego desde cero, dejando como resultado uno de los juegos de culto de la era de Super Nintendo.

Otras grandes anécdotas tienen que ver con la serie Pokémon. A finales de los noventa, Game Freak todavía era bastante novata en esto del desarrollo de videojuegos y apenas logró comprimir todos los datos para ofrecer el mundo de Johto en su famosa secuela Pokémon Oro/Plata. Iwata era un mago de la programación y les ofreció su ayuda para optimizar el almacenamiento de los datos en el cartucho de Game Boy Color. ¿El resultado? Comprimió los datos a tal nivel que pudo incluir también el anterior mundo de Kanto, terminando así con una de las mayores aventuras de la portátil de Nintendo. De forma simultánea, ayudó a programar el sistema de combate de Pokémon Stadium traslandando el código original de Pokémon Rojo/Azul sin tener a mano ningún material de referencia con el que orientarse. ¡Y lo hizo en apenas una semana!
Su buen hacer en la compañía le hizo merecer un puesto en la división de planificación corporativa de Nintendo en el año 2000. Cuando Hiroshi Yamauchi, el anterior presidente, quiso retirarse en 2002, decidió dejar la empresa en sus capaces manos. El resto seguro ya lo conocéis de sobra: tras una mala racha en la era de GameCube, Nintendo se posicionó como líder de la industria a mediados de década gracias al lanzamiento de Nintendo DS y Wii, que resultaron ser un abrumador éxito comercial al convertirse en símbolo de la nueva filosofía de Iwata de seducir y convencer al público general, que normalmente se mantiene ajeno a los videojuegos. Sus innovadoras propuestas como la serie de entrevistas «Iwata pregunta» o los informativos aperiódicos «Nintendo Direct», en los que se dan a conocer las novedades en su catálogo consolero, han mostrado también una cara más cercana y afable a los jugadores habituales, que ahora comprenden mejor la idiosincrasia de Nintendo.
Desde Cool Japan solo podemos lamentar la pérdida de este gran hombre que ha dejado tras de sí un enorme legado y que ha generalizado el consumo de los videojuegos de una forma impensable 30 años atrás, cuando apenas empezaba a trabajar en la industria. Terminamos este texto recordando una de sus citas más memorables y emotivas, que deja bien claro el tipo de persona que fue Satoru Iwata:
Según mi tarjeta, soy presidente de una empresa. En mi mente soy desarrollador de videojuegos. Pero en mi corazón, soy un jugador.
Fuentes:
- Textos consultados de: Wikipedia | Texto creado por David Heredia Pitarch [CoolJapan.es]
- Imágenes tomadas por Nintendo, Dylan Cuthbert