FICHA DEL LIBRO

- TÍTULO ORIGINAL: 略画早指南, (Ryakuga Hayaoshie).
- AUTOR: Katsushika Hokusai (1760-1849). Redacción por Vicente David Almazán Tomás (1971).
- TRADUCCIÓN: Vicente David Almazán Tomás. Corrección de textos a cargo de Isabel Mellén.
- GÉNERO: Ensayo
- EDITORIAL: Sans Soleil Ediciones.
- AÑO: 2018. Original publicado en 1812.
- PÁGINAS: 112
Manual de dibujo abreviado
El valor de la obra de Hokusai
La editorial española (con sede en Vitoria-Gasteiz) publicó el pasado 2018 la versión española de este libro, parte de la colección Wunderkammer, dedicada a obras visuales como novelas mudas, y al trabajo de artistas del grabado y de la ilustración. Se trata el que nos ocupa de uno de los manuales del enormemente conocido en Occidente, Katsushika Hokusai (1760-1849), la publicación más reciente de la editorial basada en la obra de este artista, habiendo publicado Sans Soleil anteriormente otras obras relacionadas con el nipón como Cien Vistas del Monte Fuji (2016) y que nuestro compañero Sergio Paterna reseñó.
A día de hoy, Hokusai es conocido no sólo como un reputado profesional, sino como un maestro del dibujo, pintura y grabado a todas luces, y de forma directa o indirecta, influye en la formación de muchos artistas tanto en Japón como en Occidente por su peculiar forma de descomponer la realidad en formas geométricas, en ocasiones, de forma atípica.
Su obra es elogiada en las facultades y escuelas de diseño y bellas artes por el personal docente, como un gran ejemplo y apoyo para enseñar al alumnado a comprender la posible simplificación y deconstrucción de la forma a la hora de realizar un dibujo, o el encaje para otro tipo de obras artísticas, entre otras muchas virtudes.
La gran mayoría de sus trabajos vieron la fama fuera de Japón después de su fallecimiento, debido a la enorme popularidad que ganó el País del sol naciente en Occidente tras abrirse sus fronteras al comercio tras la era Tokugawa, y su trabajo está relacionado con géneros como el ukiyo-e, y otro tipo de obras destinadas a reproducirse de forma masiva, y que los nipones pertenecientes a distintas clases sociales como los chōnin (a los que podemos relacionar con la clase baja y media occidental como los comerciantes) consumían con avidez.
En occidente, artistas como Toulouse-Lautrec o Van Gogh coleccionaban trabajos del autor, y se vieron influidos por él. No obstante, como David Almazán recalca en este libro, es conveniente entender que, aunque Hokusai sea ahora respetado y tratado como diversos artistas de otras culturas, él no vivía exactamente como otros profesionales del mundo del arte de su época y de otros países. Si bien llegó a conocer el éxito en vida, era una persona muy inquieta, y prefería no establecerse o enquistarse en un sólo tipo de trabajo o posición social concreta. Trabajaba y se relacionaba, además, sobre todo con clases sociales bajas y medias.
Este manual que nos ocupa, cuenta además en su versión española, es decir, la que tenemos entre manos y publicada por Sans Soleil Ediciones, con material redactado por el profesor David Almazán, que nos explicará todos estos aspectos de forma más exhaustiva, y que nos pondrá en situación ante las imágenes que contemplaremos a lo largo de sus páginas, que os invitamos a descubrir en esta reseña.
Manual de dibujo abreviado, un pequeño gran compendio de obras del inmortal Hokusai
Totalmente prolífico, Hokusai nos entregó en este pequeño pero gran libro, toda una colección de imágenes sobre temas diversos. Por desgracia, pese a que el libro presenta una cantidad más que suficiente de obra del artista, no se trata de un enorme volumen en el que tendremos infinidad de obras, sino más bien de una modesta pero bien escogida por Hokusai, colección de obras propias. Obviamente, el número de ilustraciones que aparecen respeta las intenciones originales de Hokusai (y también cómo están ordenadas, de forma aleatoria), no es algo decidido por la editorial, sino por el propio Hokusai en la versión original, y, por fortuna, la calidad pesa sobre la cantidad en este manual, si bien no veremos grandes obras terminadas de Hokusai como la conocida como La gran ola de Kanagawa, cuyo título original es 神奈川沖浪裏 (Kanagawa oki nami ura). Se trata de ilustraciones más sencillas relacionadas con el mundo del dibujo y del grabado monocromo, en lugar de obras pictóricas finales, estampaciones o grabados a color.
De carácter propedéutico y metodológico a la hora de entender el dibujo, como otras obras posteriores del nipón, tales como su colección de dibujos Hokusai Manga, publicada desde 1814 a lo largo de 15 volúmenes, Ryakuga Hayaoshie, el libro que nos ocupa, vio la luz en Japón en 1812, y en este tomo Hokusai ya apuntaba maneras a la hora de plantear su forma de dibujar y difundir sus trabajos pensando en enseñar a posteriores artistas y darse a conocer. Su planteamiento se basa en crear ilustraciones a partir de formas geométricas simples, que van evolucionando y ganando complejidad, y generando la obra final, y trata con sus obras contenidas en este libro diversos temas, como la representación de distintos animales, plantas, personajes de la cultura japonesa, e incluso elementos del folclor y fiestas tradicionales niponas (aunque también muestra a personajes y ciertos temas venidos de la cultura China, con la que el autor también estaba en contacto).
Es por esto que este libro puede resultar interesante tanto a los entusiastas del dibujo y las artes plásticas, como a aquellas personas versadas en cultura japonesa, y también puede servir como apoyo docente, y como base a ilustradores/as y especialistas en manga, siendo la obra de Hokusai, precisamente, una de las bases para el dibujo del cómic nipón tal como lo conocemos actualmente.
Este libro, en su edición original de 1812, fue el producto del interés de Hokusai por dar a conocer su arte durante sus viajes por Japón, y fue el primero de sus éxitos y que le granjeó ser célebre por todo el territorio nacional nipón. El manual se imprimió en blanco y negro para abaratar costes (esta edición además respeta aspectos como su presentación en blanco y negro), y para no distraer al público de las distintas formas geométricas ni apartarle del tremendo carácter y peso que tienen las líneas y los contornos en las distintas obras que salpican sus páginas.
La edición, una muestra de equilibrio

El trabajo de diseño gráfico ha corrido a cargo de Mikel Escalera y la maquetación la realiza Sandra Rodríguez García. El trabajo de ambos se complementa en este libro, junto a la obra del propio Hokusai. Tanto la presentación de este volumen como su maquetación y estructuración interna, son todo un ejemplo de respeto por el trabajo del artista nipón.
La propia portada está decorada imitando lo que encontraremos en el interior del manual. Varias obras de Hokusai salpican el tomo, en blanco y negro, y el nombre del artista y el de la propia editorial se encuentran inmersos en él, casi siendo unas líneas más de los personajes en portada. Al abrir el libro, encontraremos antes de comenzar el mismo, varios ejemplos de deconstrucción geométrica en las guardas (trabajos como método para dibujar un oni aparecen aquí, y los podremos ver de nuevo en todo su esplendor en el interior del manual), que, de nuevo, nos apuntan a lo que nos espera en el resto del libro.
El tipo de papel escogido es mate, con la intención de no distraer a los lectores con brillos innecesarios, y realza el enorme poder del negro de las líneas del trabajo de Hokusai al no tratarse de un papel totalmente blanco, sino con cierto tono color hueso, todo esto realzando el aspecto del libro que nos ocupa de ser un manual de dibujo. El toque de color lo añade la faja del libro, de tono magenta y con unas grandes letras blancas con el subtítulo «aprende a dibujar con Hokusai», y el nombre de la editorial en la parte posterior, todo sobre unas olas dibujadas por el nipón.
El detalle de colocar la introducción nada más empezar el volumen y hacernos esperar para disfrutar de más imágenes del artista es toda una muestra de la intencionalidad didáctica de este libro, ya que un entendido en la obra de Hokusai puede saltarse dicha introducción (nada recomendable hacerlo, igualmente) para acudir directamente a sus trabajos, pero una persona simplemente aficionada o novel en la obra del grabador nipón o incluso en el arte japonés, se enriquecerá primero con la multitud de detalles que el profesor David Almazán Tomás ha recopilado y vuelca en el libro sobre Hokusai para beneficio y deleite de los lectores.
Veremos a lo largo de las diversas ilustraciones, plantas, flores, animales (como los leones con los que comienza la colección de obras de Hokusai), personajes como sacerdotes, campesinos, mujeres y hombres con atuendos típicos de la época, y objetos como los Daruma, mostrados en ocasiones de forma cómica, buscando la jocosidad y despertar la sorpresa en el espectador, y junto a cada elemento retratado en su versión final, podremos ver su descomposición en formas geométricas más simples como circunferencias y las líneas de apoyo empleadas para la composición final. Todos los conjuntos de imágenes se encuentran enmarcados y contenidos por rectángulos negros, a modo de las futuras viñetas que podremos ver en los mangas de la actualidad.
En varias ocasiones, Hokusai opta por emplear las formas geométricas para contener el elemento retratado en cuestión, en lugar de usarlas para construirlo, como podemos atestiguar en la ilustración titulada método para dibujar un cachorro de perro con el compás, y en otras muchas, utiliza composiciones y combinaciones realmente más complejas que la ilustración final, revelando que dicha obra es en realidad el fruto de un gran trabajo de simplificación por parte del maestro.
También se da mucho el hecho de que Hokusai ponga ejemplos en el manual de formas geométricas que, en principio, no serían las escogidas por cualquier artista a la hora de simplificar un personaje o elemento, pero que, como se ve en la propia imagen que las acompaña, adquieren su lógica al contemplar cómo funciona esta elección en la ilustración final, como por ejemplo, el caso de la lámina 24, método para dibujar gallos por medio de cuadrados, a continuación, bajo estas líneas.

Distintos “juegos” que realiza el artista para presentar un dibujo como una curiosidad, los podemos ver en ilustraciones como las de método para componer pequeños pájaros desde la forma del huevo o el baile de la mariposa, y en ocasiones, pese a haber una ilustración final que muestra a un personaje, seguiremos estando cercanos a la abstracción, y continuará estando casi oculto dicho personaje bajo las formas geométricas pese a entreverse, como sucede en obras contenidas en el libro como método para representar a un pescador de río.
Tras terminar la colección de ilustraciones, Almazán incorpora una serie de comentarios sobre la misma, en los que especifica ciertos aspectos sobre las obras, como los por qués a la hora de ordenarlas Hokusai (de forma aleatoria, nos explica el profesor). Como dice Almazán, Hokusai apenas daba ciertas instrucciones o mostraba el proceso completo de la ilustración, quizás dando por sentado que el receptor de su manual ya dispone de ciertos conocimientos del dibujo, y primando el poder visual de las ilustraciones por sí mismas.
El trabajo de Almazán realza el conjunto de la obra
Uno de los aspectos a destacar y agradecer en esta versión en castellano del Manual de dibujo abreviado es el gran trabajo del doctor Vicente David Almazán Tomás, profesor de arte japonés del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, y cuya tesis doctoral, publicada en 2000 y titulada Japón y el japonismo en las revistas ilustradas españolas (1870-1935) ya es todo un ejercicio de entendimiento de la cultura japonesa.
A lo largo de sus comentarios y de la introducción del libro, Almazán nos hace un breve recorrido por la vida y obra de Hokusai, y también nos habla brevemente sobre la sociedad japonesa de la época en que vivió el autor, y acerca de la importancia actual de la obra del japonés, quien continúa contando con su obra expuesta en la actualidad, como el propio Almazán comenta en el libro. Hokusai fue un hombre de su tiempo, como nos menciona el profesor, y se dedicó a la realización de grabados y estampaciones de temas variopintos, como personajes históricos y mitológicos de Japón, actores y actrices, lugares relevantes de Japón…
David Almazán además cuenta todos los detalles sobre la edición original de este libro en Japón en vida de Hokusai, todo ello de forma clara y concisa, y fácilmente comprensible para un público que no ha de ser experto en el tema ni disponer un alto nivel académico, pese a que es necesaria por parte del autor la inclusión de multitud de términos japoneses que no disponen de traducción exacta a nuestro idioma (palabras que se detiene a explicar). Incorpora a este efecto el profesor diversas notas para ayudar al lector, por ejemplo, a comprender diversos conceptos provenientes de la cultura japonesa y del arte de Hokusai en concreto.
A continuación le sigue una relación de las figuras que el lector encontrará en el manual, y posteriormente, comienza la magia al lanzarnos de lleno a las ilustraciones del artista. Pese a todas las notas que da el profesor y explicaciones, nos vemos obligados a aconsejar este libro sobre todo a personas con cierta formación o conocimientos sobre Japón, para que no se encuentren constantemente buscando información a lo largo del propio libro o en fuentes externas, ya que alguien versado en cultura nipona, lo disfrutará mucho más, si bien es adecuado para casi cualquier tipo de lector.
Tras terminar la colección de ilustraciones del manual, David Almazán procede a explicar cada una de ellas en el apartado «Comentarios de las figuras», disponiendo estos comentarios de gran valor tanto para los conocedores de la cultura japonesa y la obra de Hokusai, como para los neófitos.
Explica cómo realizó el artista las ilustraciones, qué aparece en ellas y por qué lo representa de la forma en que lo hace, y arroja luz sobre diversos elementos de la tradición japonesa. Por ejemplo, nos narra la importancia para los japoneses de ciertas flores como la del lirio, de la relevancia de animales como la grulla o el pulpo en la cultura japonesa (y en su gastronomía, este último cefalópodo), el origen de los leones que vemos en el manual, de objetos como los Daruma, y también explica cómo ciertas imágenes o estilos empleados por el autor han sido influencia en corrientes posteriores (como la caricaturización, la estilización, el dibujo manga, la estética actual kawaii, etc.).
Además, traduce Almazán las notas que podemos ver en las obras de Hokusai realizadas por el propio artista, donde el nipón daba algunas indicaciones y/o explicaba ciertos aspectos del proceso a seguir para realizar cada ilustración. Resulta muy enriquecedor dado que ayuda a profundizar mucho más en cada ilustración, tanto si se es entusiasta o no de la cultura japonesa.
